Actualización 23/07/2018
Hay gente que en los viajes visita catedrales, museos, estadios de
fútbol, pero será cuestión de gustos: yo soy más de turronerías. Planifico con
antelación la visita a una ciudad por si dispone de uno de estos
establecimientos. Tras una primera parada en Torrelavega, descubrir lo bonita
que era Santander fue un alivio solo comparable a comprobar que los
santanderinos no son tan locuaces como Miguel Ángel Revilla. Y de Santander
ningún monumento me impactó tanto como cuando en Turrones Monerris degusté el mejor
turrón de avellana del universo. Desde entonces no pasa un año sin que llegue
un pedido a mi casa.
La historia de esta turronería comienza en aquellos gloriosos
tiempos cuando los jijonencos se repartían las ciudades donde comerciar sus
productos. En 1893 Francisco Monerris y su hermano Enrique fijan su destino en
la entonces próspera Santander. Sus descendientes ofrecen en la actualidad
helados en verano y turrones en invierno, al exigente público santanderino. Los
turrones, tortas, mazapanes, garrapiñadas o panes de Cádiz elaborados con la
mejor almendra marcona nacional siguen llegando, como marca la tradición, de su
obrador de Jijona para privilegio de todos los santanderinos y de todo aquel
que haga su pedido porque reparten a toda la península. ¡Bien!
Tríptico con información sobre helados Monerris
Turrones Alfredo Mira Monerris
Calle Amós de Escalante, 8
39002 Santander
Plaza del Cuadro, 2
39004 Santander
No hay comentarios:
Publicar un comentario