miércoles, 21 de noviembre de 2018

Ultramarinos La Confianza (Huesca)

Este verano descubrí una nueva tienda “gourmet” en Madrid. En sus modernas estanterías de aire nórdico se entremezclaban productos con un packaging  (lo que hasta ahora ha venido siendo el embalaje) de diseño cuya exclusividad residía  más en el continente que en el contenido. Junto a estos se exponían medio catálogo de la siempre socorrida marca La Chinata y algún que otro producto con la cara estampada del chef de un programa televisivo. Pensé entonces en lo curioso que resulta que los negocios que pretenden vender exclusividad se parezcan tanto los unos a los otros y me recorrió la misma premonitoria sensación que tuve cuando alguien me sugirió la idea de abrir un restaurante vegano en Ávila de que aquel lugar no duraba ni dos meses.  Tras el mostrador una jovencita que sin soltar el móvil respondía lacónica y ambigua a mis preguntas y sugerencias. Se trataba del habitual nuevo negocio sin el propietario al frente, uno de esos que montan una tienda sin conocer el barrio, sus vecinos ni sus necesidades y posiblemente ni el producto que venden. Dos meses después en su lugar había una lavandería y en algún otro punto de la ciudad un empresario que no entiende qué pudo ocurrir para que su negocio no tuviera éxito.

Dedicamos este artículo a empresarios con otra manera de trabajar y de entender el negocio. Esta semana nos pasamos por Huesca para visitar la tienda de ultramarinos en activo más antigua del país. Fue abierta en 1871 y tiene al frente María Jesús Sanvicente Callau. Esta señora es natural de Hoya de Huesca donde su padre Víctor se dedicaba al comercio. Durante la posguerra siendo solo una cría la familia se traslada a Huesca para hacerse cargo de “Ultramarinos La Confianza”. María Jesús que era la mayor de cuatro hermanas trabajó allí desde los catorce años. Estudió Magisterio pero renunció a ser maestra para ayudar en el negocio, que entonces era el sustento familiar y no pasaba por un buen momento. Tras la jubilación de su padre llevó las riendas de la tienda junto a su marido Antonio Villacampa. A partir de los ochenta el matrimonio afrontó el difícil reto de la irrupción de los supermercados y los centros comerciales, un fenómeno tan demoledor para el pequeño comercio como las hombreras y el pelo cardado para la moda. Sobrevivieron con la misma receta de siempre: adaptación y trabajo, mucho trabajo. Hoy Antonio no está entre nosotros pero María Jesús, que cumplió hace poco los 73, continúa atendiendo a sus clientes y sigue con muchas ganas de trabajar y ninguna de retirarse.

Al entrar en la tienda sorprende su elegancia. El fundador que era un comerciante de origen francés llamado Hilario Vallier abrió el negocio como mercería y sedería para más tarde incorporar distinguidas viandas de ultramar. Al tratarse de artículos exclusivos decoró el local suntuosamente como muestran las magníficas pinturas del techo, obra del pintor oscense León Abadías y Santolaria, que también dejó su firma en los techos del Ayuntamiento y la Diputación. Se podía pensar que se está en una tienda “pija” pero su oferta se aleja de ese concepto: productos de uso común y marcas de las que todos tenemos en nuestras despensas (conservas “Calvo”, aceitunas “La Española”, zumos “Granini”, etc.) comparten estante junto a otros de cercanía que permiten conocer la materia prima de la región. Pregunto a María Jesús si tiene boliches pero entonces no era temporada. La buena señora en cambio me enseñó otro artículos de la provincia: quesos del Alto Aragón (Guara, Radiquero, Benabarre…), embutido de Graus, miel de Asque, aceites del Somontano, almendras a granel de Loarre y chocolate de la tierra al corte. Efectuada mi compra abandoné la tienda convencido que la visita a “La Confianza” es obligada para cualquiera que visite Huesca pero especialmente para aquellos empresarios que necesiten consejo sobre cómo sacar adelante un negocio durante tantos años.

 Su decoración huye del actual minimalismo imperante

Exterior de Ultramarinos La Confianza

Pinturas de León Abadías y Santolaria
  
Plaza Luis López Allué, 8
22001 Huesca