martes, 9 de agosto de 2016

Mercado Central de Abastos (Cádiz)

El gaditano Mercado Central de Abastos se inauguró en 1838 en los terrenos desamortizados del huerto del Convento de los Franciscanos Descalzos. De esa fecha es la plaza rectangular porticada de estilo dórico que aún se conserva. El encargo lo realizó el arquitecto municipal Torcuato Benjumeda, que ya tenía experiencia en construcciones similares pues había construido un mercado de abastos en la vecina Puerto Real, el más antiguo de Andalucía. En 1929 se añadió en el interior de la plaza un pabellón cubierto de dos naves que hoy está fundamentalmente ocupado por pescaderías. La última remodelación de 2009, que obligó a los comerciantes a trasladarse una larga temporada a una carpa, respetó el diseño del conjunto.

El mercado cuenta hoy con 175 puestos con un alto nivel de ocupación. Destacan los 56 puestos de frutas y verduras con fresas de Conil, tagarninas, cabrillas y otros productos del campo gaditano; también puedes encontrar pijotas, pargos, urtas, tapaculos, acedías, brecas, galeras o bailas de la Bahía, Barbate o Sanlúcar en cualquiera de los 53 puestos de pescados y mariscos; sin olvidar los 42 puestos de carnes y recovas en la que destaca el número 19 con su exposición de kilométricas ristras morcillas de piñones, butifarras y longanizas que someterían hasta el feroz apetito de Carpanta.

Otra atracción más reciente es el Rincón Gastronómico, una veintena de puestos en los que puedes seguir llenando el carrito y hacer lo propio con el buche con tortillas, arroces, montaditos y platos de la gastronomía local, entre otros. Me cuentan responsables del mercado que este proyecto tiene su origen tras la última remodelación cuando muchos detallistas se jubilaron y el Ayuntamiento, propietario de los puestos a través de
Asodemer, ofreció los puestos vacantes a bajo precio a todos aquellos interesados en presentar proyectos originales relacionados con la gastronomía. La iniciativa funciona porque en la actualidad sólo hay un local vacante.

Desconfío de estas iniciativas tras el desmantelamiento del madrileño Mercado de San Miguel y todos aquellos que siguieron su estela en aras de la modernización, el “turisteo” y “hipsterización” y en detrimento del cliente de barrio pero este caso es diferente: el pequeño espacio gastronómico no expulsa a los detallistas y clientes de siempre y se integra respetando el modelo de mercado tradicional. Los sábados está especialmente animado aunque cabe advertir al cliente que sobre sus cabezas hay
un ejército de gaviotas apostadas en las cornisas a la espera de arrebatarles cualquier atisbo de comida sin hacer distinción de edad o sexo. Una forma un tanto peculiar de revivir a Hitchcock en versión gaditana y gastronómica. Así que si estás hasta los mismísimos del hijo energúmeno de tu vecina invítale a un montadito y a que corretee un rato sin control paterno mientras se lo zampa, que el sedentarismo es malísimo para la infancia...


El Oso Yogui tiene una orden de alejamiento
 
Pescaderías de una nave del pabellón central
 
El Mercado Central de Abastos desde una torre-mirador

Mercado Central de Abastos
Plaza Libertad s/n
11005 Cádiz

viernes, 5 de agosto de 2016

Heladería Chambi (Murcia)


En el sudeste de la península un chambi es  un helado. El “Diccionario del español actual” de Manuel Seco lo define como “helado entre dos barquillos rectangulares”, vamos, el “helado de corte” de toda la vida y tiene su origen en los puestos de helados de Nueva York de finales del siglo XIX. Lingüistas murcianos sostienen que el acento murciano mudó de “sándwich” a chambi y ahí su origen pero “El Mundo Today” pone en duda esta afirmación porque a ellos no les consta que haya licenciados universitarios en Murcia. Hoy la palabra se aplica a cualquier helado y ha traspasado fronteras, en el Levante también toman chambi o “chámbit”.
 
Cuando el italiano Roberto Cais, heredero de una estirpe de heladeros, abrió en 1986 su heladería artesana en la Glorieta de España de Murcia decidió llamarla Chambi para rendir homenaje a todos esos “chambileros” que carrito en ristre vendieron antes que él helados en la ciudad. En 1991 el local se trasladó a su actual ubicación en el Paseo de Alfonso X El Sabio donde cuenta con una agradable y económica terraza. Además de helados Roberto ofrece batidos y granizados, entre otros refrescantes refrigerios como la horchata de almendra, producto popular en Murcia que yo desconocía y que me sorprendió muy gratamente.
 
Chambi también vende horchata artesana. Como no hay chufa en su italiana natal Roberto se entrevistó con horchateros y agricultores con conocimientos en el tema para elaborar un producto con garantías. Para elaborarla usa chufa procedente de Alboraya, la tiene a la venta durante toda la temporada, desde que abre la heladería en marzo hasta que cierra a finales de octubre y está disponible en infinidad de tamaños, que van desde el vaso pequeño hasta el litro. Me comentan que la horchata de chufa se vende bien, aunque menos que el granizado de limón, el favorito de los clientes locales. Además allí gusta muy granizada, algo comprensible teniendo en cuenta la tórrida canícula murciana.

Horchata de chufas en Murcia
 
 
Camarero, otra horchata, de almedras... ¡hip!
Toldos diseñados para asentamiento humano en Venus
Avenida Alfonso X el Sabio, 2
30160 Murcia

Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa