jueves, 28 de mayo de 2015

Mercado de La Bretxa (San Sebastián/Donostia)

En los estertores de la Guerra de la Independencia Española tropas aliadas abren una “bretxa” en la muralla para desalojar al sacrílego invasor napoleónico que trataba de introducir el foie gras, la crème fraîche y el armañac en la cocina donostiarra. El asalto, incendio y destrucción total de la parte intramuros es el capítulo más amargo de la historia de la ciudad que desde entonces forma parte del triste listado de núcleos urbanos arrasados por la sinrazón como Babilonia, Dresde, Sarajevo y el Ensanche de Vallecas.  

En el mismo lugar donde se iniciaron las hostilidades se inaugura en 1870 el Edificio del Mercado de la Bretxa y más tarde guardándole las espaldas el Edificio de la Pescadería. Durante décadas este complejo fue un vigoroso mercado tradicional muy querido por los vecinos. Sólo hay que ver las fotografías antiguas que decoran el interior de muchos restaurantes de la ciudad en las que imágenes de tenderos del viejo mercado comparten protagonismo con marineros del puerto y nodrizas en el bulevar para comprender su importancia.

El mercado sufrió varias ampliaciones y renovaciones. En 1999 se produjo una gran remodelación que desterró a los tenderos al sótano y convirtió al edificio en un desangelado centro comercial y de ocio, aunque al menos se conservaron los hermosos edificios de piedra. Hoy se discute el futuro uso del Edificio de la Pescadería. Peor suerte corrió el otro hermoso mercado de la ciudad en el barrio de San Martín que fue reemplazado en 2005 por un vulgar edificio que además del mercado acoge un Zara y un Fnac.

Puedes acceder al actual mercado a través de una polémica nueva construcción entre los dos edificios históricos que parece inspirarse en un “tupperware” por su aspecto de tartera con tapa. Tras bajar por las escaleras mecánicas la primera sorpresa es encontrarte con un Lidl, lo último que esperarías encontrar en el mercado de una capital gastronómica del prestigio de Donosti... si querían incluir en el mercado un “súper” barato al menos podrían haber elegido un Eroski. El mercado estéticamente carece de cualquier encanto, se asemeja al de cualquier mercado de barrio de gran ciudad.

El destrozo está hecho pero nos quedaremos con lo bueno, que lo tiene y mucho. Los tenderos de toda la vida siguen ofreciendo productos de calidad, tanto “del país” como “del Estado”, que para tener paladar no hay que ser nacionalista. Merece la atención la zona de pescadería con formidables muxarras, xabirones, pluxarras, kokotxas, txitxarros, etc. Otra vez en el exterior no te olvides de las “caseras” que bajo la marquesina del Edificio del Mercado de la Bretxa venden directamente al consumidor productos de sus huertas y de una calidad increíble.

 
Las "caseras" en el exterior de La Bretxa

Las muxarras nos observan con curiosidad...

 
 Constraste entre lo viejo y lo nuevo

De la Brecha Enparantza, 1
20003 San Sebastián/Donostia

miércoles, 13 de mayo de 2015

Rosquillas de San Homer

Muerto, rematado y emplatado (VIII)

En estas fechas todas las pastelerías de Madrid ofrecen las rosquillas de San Isidro. Dulce de irrefutable origen madrileño su consumo se extiende desde el primero de mayo hasta el final de las fiestas de San Isidro Labrador. Hay cuatro variedades: tontas (sin cobertura), listas (cobertura de limón), Santa Clara (cobertura blanca de merengue) y francesas (cobertura de almendra picada). Además de las pastelerías de toda la vida a esta tradición se suman franquicias de pastelería, tiendas de alimentación y supermercados para satisfacer a paladares poco exigentes.

En el escaparate de una conocida franquicia de pastelerías conocida por sus cruasanes parcialmente hidrogenados y cuyas tiendas en Madrid proliferan como las sonrisas de los políticos en campaña electoral encontramos esta versión de las rosquillas de San Isidro. Este fotomontaje de un grupo de rosquillas sobre castizos cuadros de Vichy sería rechazado hasta por el diseñador de las portadas de La Razón. Bañadas con colorantes sacados de la paleta de un pintor de brocha gorda y con aspecto de haber sido horneadas con una base de plutonio en el reactor de la Central Nuclear de Springfield harían las delicias del mismísimo Homer Simpson. Si después de ver este cartel aún tienes ganas de comerlas es que valoras tanto la tradición como tu bolsillo.


 "Mosquis, mi creación rosa refulgente para San Isidro..."

lunes, 11 de mayo de 2015

Helados Morán (Ciudad Real)


Hay dos cosas que gustan a todos los niños: los helados y los juguetes. La infancia de muchos ciudadrealeños está ligada a la Heladería Morán que durante muchos años ofreció ambos productos, los primeros en verano y los segundos en Navidades. La razón de esta extraña diversificación era que la vecina provincia de Alicante era tierra de heladeros y jugueteros y de estos dos sectores vivían muchas familias. Hoy tanto heladerías como jugueterías han sido sustituidos por tiendas de chinos que ofrecen helados industriales acompañando como “topping” las piezas sueltas de los juguetes retirados de la venta tras la última inspección de Consumo.

Helados Morán lleva tres generaciones dulcificando el severo verano en Ciudad Real, en concreto desde 1926. Sus responsables aseguran que su horchata artesana es la única que se sirve en la ciudad. La elaboran durante todo el año, incluso en invierno. Además de horchata cuentan con otras bebidas refrescantes: blanco y negro, leche merengada o batidos y por supuesto helados… Ofrecen una gran variedad y todos los años ofertan un nuevo sabor, este año la novedad es el de mango, pero los más demandados son los de siempre: mantecado, turrón y chocolate.

Horchata grande por 2,30 euros

Interior de Helados Morán

En los soportales de la Plaza Mayor de Ciudad Real

Helados Morán
Plaza Mayor, 21
13001 Ciudad Real  


Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa

viernes, 8 de mayo de 2015

León de tapas


León busca su sitio en el mercado turístico nacional. Hace años que intenta buscar una manera de darse a conocer, ese “algo” que lo diferencie de los demás.

Primero lo intentó con el eslogan “León, Cuna del Parlamentarismo”. Éste hace referencia a las Cortes celebradas en el Reino de León en 1188 donde por primera vez en Europa participaron representantes de las ciudades. Mucho me temo que no tendrá el recorrido del archiconocido “Asturias, paraíso natural” de sus vecinos del norte, que después de treinta años sigue tan fresco como sus verdes prados. Pregunte el lector a familiares, amigos y compañeros de “la cola del paro” con que ciudad relacionan “Cuna del Parlamentarismo” y si lo adivinan (que va a ser que no) pregúntenles luego si con el panorama político actual les parece un buen reclamo para visitarla.

El segundo intento en la búsqueda de lema publicitario tuvo una vertiente estérico-espiritual. Hace poco se aseguró que el “Cáliz de Doña Urraca” de la Colegiata de San Isidoro no era otro que el mismísimo Santo Grial. La noticia, que tuvo cierta repercusión mediática, se deshinchó tan pronto como el Vaticano se decantó por la copa que se conserva en la catedral de Valencia (está claro que en España de copas sabemos un rato). Sentimentalismos aparte seamos por una vez rigurosos, todos sabemos que el Santo Grial “duerme entre las grietas de un Templo en el Cañón de la Media Luna en Alejandreta” tal como aseguraron en 1938 al regreso de una expedición el arqueólogo Sir Henry Jones y su hijo Indiana. Aunque no se si Iker Jiménez tendrá algo que decir al respecto.

Pero la realidad es que a León no se la conoce en España ni por el Santo Grial ni por sus parlamentos sino por sus deliciosas tapas. Mientras la administración leonesa invertía miles de euros en estas campañas sin apenas lograr trascendencia fuera de la provincia las tapas leonesas se estaban ganando una merecida fama en todo el país gracias al boca a boca (y nunca mejor dicho) y ya se están haciendo un hueco entre las más populares junto a otros referentes del tapeo patrio como Donostia, Granada o Logroño. Este es mi pequeño homenaje al cada vez más reconocido tapeo leonés. El verdadero e incuestionable reclamo turístico de la ciudad de León.


Qué tienes que saber si tapeas por primera vez en León:

-Si vas a parar poco por León limítate a comer tapas. Rechaza de plano pedir un menú del día en alguno de los restaurantes del centro porque te advierto que no serán mejores ni más baratos que los de tu ciudad. Algunos bares de tapas ofrecen también buenas raciones pero lo que hace especial y diferente a León son sus tapas.

-León no es mayor que Parla, si te pierdes tienes un problema... Si aún así no encuentras un bar del siguiente listado sólo tienes que preguntarle a cualquier vecino dónde sirven tal o cual tapa. Recuerda, en León no se conocen los bares por su nombre o por la calle donde están situados sino por su tapa.

-Pide “cortos” (cerveza), vinos, “butanos” (naranja con burbujas) o mostos: la tetralogía leonesa del buen tapeo. Evita las cañas, copas de vino o refrescos de una determinada marca. Por ejemplo, un “butano” suele ser una “Fanta” de marca blanca. Pide la original si quieres pero vas a pagar más y la tapa que la acompaña será igual.

-La tapa es gratis, lo que pagas es la bebida. El precio medio de “cortos”, vinos, “butanos” y mostos es de 1,20 euros. El vaso en el que te los sirven es pequeño, un “corto” de cerveza viene a ser la mitad de una “caña”. La tapa está incluida en el precio aunque cualquiera diría que es al revés, en realidad la bebida es la excusa para repetir tapas y regresar comido a casa.

-Las tapas generalmente se sirven calientes y son elaboradas con productos “del país”: pan de hogaza, morcilla, patata, etc. No esperes encontrar cosas sofisticadas, innovadoras y glamurosas como en los concursos de tapas o en Donostia. La tapa leonesa es mucho más sencilla y tradicional, semejante a la de Granada.

-Si quieres ver cosas antiguas no pagues cinco euros por entrar en la catedral: vete de bares por el centro. En León no se lleva lo “vintage”, eso es en Madrid... aquí los bares son “viejunos”, salvo excepciones. El leonés desconfía de los ambientes refinados porque considera que mientras más se invierta en decoración menos lo harán en la tapa y no suele faltarle razón.

-El ritmo de tapeo es frenético. Antes de que Fernando Alonso de un giro completo con su McLaren habrás visitado media docena de bares: Pide, consume y al siguiente (Caesar dixit). Las tapas gratis ofrecen márgenes de beneficio pequeño que precisa el tránsito continuo de clientes. La mayoría de bares carecen de comodidades para que no te apalanques.

-El leonés se caracteriza por ser un gran anfitrión pero toma precauciones si eres de Valladolid. Cuídate mucho de delatar tu origen con expresiones que incluyen constantemente las palabras “hijo” o “hija”: “Un chato de vino, hijo”. Avisado estás, si te descubren y tu ruta de tapas acaba en el Bernesga será sólo culpa tuya por alborotador.

Iniciamos la ruta...


Bar Flechazo
Calle de las Platerías Cardiles, 2
Barrio Húmedo 

Una tapa típica de León son las patatas cortadas en panadera. Puedes encontrarlas en muchos bares pero para muchos leoneses las de éste son las mejores. Debe ser cierto porque a pesar de ser ésta la única tapa que ofrece el aforo está siempre completo. Su éxito es tal que corre un rumor por el Húmedo que afirma que el párroco de la cercana Iglesia de San Martín preocupado por la falta de asistencia a los oficios ha pedido bula pontificia para dar un vale a los feligreses que asistan a los oficios para degustar con descuento tan divina tapa. Las patatas del Flechazo pueden servirse  con o sin picante. Si te gustan mucho por sólo 3,70 euros puedes pedirlas en cucurucho ideal para compartir por la calle.

Como curiosidad apuntar que el nombre del bar lo eligió hace dos décadas el padre de las propietarias de entre un listado de palabras que éstas habían escogido previamente de un diccionario, así que se llama “Flechazo” a secas y no “El Flechazo” como lo conocen muchos clientes y aparece habitualmente en Internet.

Consumición y tapa: 1,20 euros.

 
 
Las patatas del Flechazo 
 
Bar Flechazo en el Barrio Húmedo de León
 
Bar La Bicha
Plaza de San Martín, 4
Barrio Húmedo 

No puedes irte de León sin probar la morcilla Matachana, a diferencia de la de Burgos ésta es de cebolla, no tiene tripa, se hace a la plancha y generalmente se sirve untada en pan “del país”. En La Bicha además de probar una de las mejores tendrás la experiencia de conocer el indómito carácter de su propietario, que a la menor provocación te da morcilla, pero de la otra...

Corren mil historias sobre los enfrentamientos de Paco con sus clientes, incluso hay “memes” en Internet de un supuesto duelo con Chuck Norris bastante más duro que el combate entre Pacquiao y Mayweather. Si consigues asaltarle sin mucho lío y le preguntas por sus grandes aficiones, la pesca (tiene apariciones en "Jara y Sedal") y Cuba (que el mismo define “como un paraíso, que no fiscal”) verás que no es tan fiero el león como lo pintan. Hay que entender que Paco atiende él solo uno de los bares con más clientes de la ciudad y lo hace con eficiencia, él sólo te pide a cambio que no ralentices el servicio.

Paco sirve morcilla como tapa sólo al mediodía, sin un horario fijo porque como anuncia en su puerta abre y cierra cuando quiere, o como le oí decir una vez tiene “horario de funcionario”. Por la noche tienes la morcilla sólo como ración, la tapa que te sirve es de chorizo, pero ésta no es gran cosa.

¿Te atreves?

Consumición y tapa: 1,20 euros.

Tapa de Morcilla Matachana

 Parroquiano en Bar La Bicha
  
Bar La Ribera
Calle Fernando Gómez Regueral, 8
Barrio Romántico 

El interior profusamente decorado con resonancias del “Atleti” podría hacernos creer que el nombre es un homenaje al “equipo de la ribera del Manzanares” pero el establecimiento ya se llamaba así cuando los actuales propietarios se hicieron cargo del mismo hace veinticinco años. La Ribera tiene una gran variedad de tapas tradicionales: oreja, champiñones, riñones, asadurilla, mejillones, albóndigas, mollejas, etc., que también puedes degustar como ración o media ración. La más demandada es la de patatas cortadas en panadera con salsa de ajo, pimentón o sin aliño, que según me cuentan gusta especialmente a los niños.

Típica tasca de tapas de León muy recomendable salvo que seas “merengue” en su doble acepción, como aficionado del “equipo blanco”, o bien de salud delicada, y es que sus contundentes tapas al igual que los partidos del Atlético “infartan en la ribera del Manzanares los corazones”.

Consumición y tapa: 1 euro.

Tapa del Bar La Ribera
 
Fachada de Bar La Ribera

Cervecería-Café Las Tapas
Calle Juan Lorenzo Segura, 4
Barrio Ensanche 

Uno de los más recientes, desde septiembre de 2012. El local dispone de dos plantas aunque en realidad más parece planta con maletero por la escasísima altura de su planta superior, quebradero de cabeza (literalmente) de más de uno. Su tapa estrella es la “sartenuca de la casa”, una pequeña sartén con huevo frito, patatas, pan de León y picadillo, beicon o chorizo a elegir.

Es uno de los pocos bares de tapas que tiene desayunos: tostadas, sándwich mixto, pan tumaca, bollo de pan de leche, montaditos, etc., todas generosas en tamaño por el precio del café y acompañado de un minizumo de naranja. Si pides el café grande, por sólo 1,40 euros sales bien saciado. A partir de las 10.30 h. también puedes exigir de tapa la “sartenuca” como desayuno. Eligen ésta trabajadores de talleres mecánicos, albañiles  etc. que agradecen y toleran la calórica ingesta. Abstenerse de esto último profesionales liberales. Se sabe de un registrador de la propiedad que fue allí a desayunar y salió con los pies por delante.

Por las noches la clientela es mucho más joven y se decanta por la tapa de canapés variados, muy típica del barrio y que a mí personalmente no me convence pero que tiene su público.

Consumición y tapa: 1,40 euros

  
Tapa de la Cervecería-Café Las Tapas

Cervecería-Café Las Tapas en el Barrio del Ensanche de León



Localización en mapa de los bares de tapas incluidos en la sección ESPECIAL TAPAS DE LEÓN: Crónicas cazurras

martes, 5 de mayo de 2015

Pastelería Niza


Desde el siglo XIX la esquina de la calle Argensola con Orellana estuvo ligada a la pastelería. La última que ocupó ese espacio fue la Pastelería Niza que nació en 1921 cuando el local pasó a la familia Vaquero y era conocida por sus bizcoletas, sakuskinas, rosquillas de yema, pastas de té, volovanes y sobre todo por la especialidad de la casa, sus archiconocidos rusos. Una dulce historia hasta su cierre en enero de 2009. Hoy la familia Vaquero continúa la tradición en un establecimiento con el mismo nombre en Majadahonda pero al igual que ocurrió con el Rally Dakar en el traslado perdió parte de su alma...

Y es que Niza no sólo surtía de exquisitos bocados a los vecinos del Barrio de Justicia sino que el local en si era un museo. Su interior cuajado de madera y mármol e inconfundible estilo decimonónico llamaba la atención tanto o más que las elaboraciones de su obrador. Si unimos la adicción que crea el dulce a la belleza del local a buen seguro que de haberlo visitado Stendhal hubiera salido de allí con los pies por delante. Durante más de un lustro no había vuelto a ver sus hermosos mostradores y estanterías, ocultos de las miradas melancólicas tras el velo del cierre metálico. A la vista sólo su fachada de madera, maltratada por la crudeza del tiempo, el abandono y los aerosoles.

Daba por perdido para siempre tanto el negocio como el local pero la semana pasada descubrí movimiento en su interior y la puerta entreabierta. Pude hablar con los amables nuevos inquilinos que proyectan abrir una tienda de “cupcakes”, otra más. Lo más importante es que están rehabilitando el local por dentro. Al parecer el interior estaba muy deteriorado por el abandono y están trabajando duro para dejarlo tal como la recordábamos, sólo por eso merecerían tener suerte. En unas semanas abrirá y si bien es cierto que ya no encontraremos sus deliciosos rusos al menos recuperaremos una parte del patrimonio comercial, artístico y emocional de Madrid.

Por cierto, si te has quedado con ganas de un ruso prueba el de la Antigua Pastelería del Pozo.

Estado actual de la restauración en su interior
 
 Fachada de madera de la Pastelería Niza

Detalle de cómo cuidamos nuestro patrimonio

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Actualización 26/10/2015


Desde hace tres meses podemos volver a disfrutar del rehabilitado interior y exterior de la mítica Pastelería Niza ahora Sugar Factory Madrid. Hay cambios en su distribución, el almacén posterior ha sido acondicionado como cafetería y en la planta inferior se ha instalado el obrador (en la anterior etapa se encontraba en otro local en la calle Justiniano). 

Su especialidad como adelanté son los cupcakes. Tenía la esperanza de encontrar algún homenaje al afamado pastel ruso del Niza aunque fuera en una versión arco iris pero por desgracia no lo elaboran. Dejando mis deseos insatisfechos a un lado hay que reconocer a los nuevos inquilinos la meticulosa recuperación de una parte de la historia comercial de Madrid. Sólo por eso espero que tengan éxito.
 
Interior felizmente restaurado
 
Viejo escudo borbónico

Fachada actual 

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Actualización 24/05/2018


La burbuja de los cupcakes ha estallado... desde hace un año este local y su espectacular mobiliario es una perfumería.

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Actualización 30/08/2019

El local de Majadahonda también está cerrado.


Pastelería Niza
Calle Argensola, 24 (esquina con Calle Orellana)
Barrio de Justicia (Chamberí)
28004 Madrid