miércoles, 26 de diciembre de 2018

Turrones Mira i Fills (Madrid)

Madrid no es ciudad turronera. Más allá de la mítica Casa Mira y algunas pastelerías que fabrican turrón al llegar estas fechas se puede contar con los dedos de una mano el turrón artesano de Jijona que puedes adquirir en esta ciudad, una reducida lista en la que no puedo ni quiero incluir a Vicens. Esta escasez de opciones de calidad se debe a que los madrileños, por lo general, compran turrón barato, malo y limitado a la Navidad, un equivalente gastronómico a los gorros absurdos y las pelucas ridículas que proliferan en cualquier lugar público en cuanto se cambia la hoja del calendario al mes de diciembre. Nuestra relación con el turrón no parece que sea tanto por devoción sino por obligación. Se sumaría a otros gestos que hacemos a lo largo del año por rutina, costumbre o por presión social como acudir a las terribles cenas de empresa, quedar para celebrar el partidillo solteros contra casados y comprar algo a tu pareja el día de tu aniversario cuando te lo recuerda la alarma del móvil.

En el castizo distrito de Chamartín tenemos la turronería Mira i Fills. Una turronería de verdad y una gran desconocida, seguramente por su ubicación más alejada del centro. Este despacho de turrones abre en 2001 en el barrio de El Viso. Tras una fachada discreta se encuentra oculto un tesoro para cualquier amante del dulce: yemas, mazapanes, glorias… Destaco sus finísimos polvorones o sus jugosas delicias de almendra entre otras exquisiteces. Por supuesto, no puede faltar su maravilloso turrón de Jijona con una textura y un sabor excepcional y que puedes adquirir envasado todo el año y al corte desde el puente de la Inmaculada.

Al frente del despacho se encuentra Elena Mira, hija y nieta de turroneros. Esta jijonenca de nacimiento y madrileña de adopción ofrece los turrones procedentes del obrador familiar de Jijona. Por cada compra además de un excelente producto recibirás una lección magistral sobre todos los secretos de su elaboración: el origen de los ingredientes, el proceso de preparación y la mejor manera de conservarlo. Una atención profesional de alguien criado entre turrones y que se ha pasado toda una vida vendiéndolos. Así que si eres de los que tampoco te ha tocado el gordo pásate por Mira i Fills y reconcíliate con la Navidad. ¡Ho, ho, ho!

Turrón al corte

Fachada de Mira i Fills

Localización de la tienda de turrón
  
Turrones Mira i Fills
Calle de Gabriel Lobo, 17
28002 Madrid

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Ultramarinos La Confianza (Huesca)

Este verano descubrí una nueva tienda “gourmet” en Madrid. En sus modernas estanterías de aire nórdico se entremezclaban productos con un packaging  (lo que hasta ahora ha venido siendo el embalaje) de diseño cuya exclusividad residía  más en el continente que en el contenido. Junto a estos se exponían medio catálogo de la siempre socorrida marca La Chinata y algún que otro producto con la cara estampada del chef de un programa televisivo. Pensé entonces en lo curioso que resulta que los negocios que pretenden vender exclusividad se parezcan tanto los unos a los otros y me recorrió la misma premonitoria sensación que tuve cuando alguien me sugirió la idea de abrir un restaurante vegano en Ávila de que aquel lugar no duraba ni dos meses.  Tras el mostrador una jovencita que sin soltar el móvil respondía lacónica y ambigua a mis preguntas y sugerencias. Se trataba del habitual nuevo negocio sin el propietario al frente, uno de esos que montan una tienda sin conocer el barrio, sus vecinos ni sus necesidades y posiblemente ni el producto que venden. Dos meses después en su lugar había una lavandería y en algún otro punto de la ciudad un empresario que no entiende qué pudo ocurrir para que su negocio no tuviera éxito.

Dedicamos este artículo a empresarios con otra manera de trabajar y de entender el negocio. Esta semana nos pasamos por Huesca para visitar la tienda de ultramarinos en activo más antigua del país. Fue abierta en 1871 y tiene al frente María Jesús Sanvicente Callau. Esta señora es natural de Hoya de Huesca donde su padre Víctor se dedicaba al comercio. Durante la posguerra siendo solo una cría la familia se traslada a Huesca para hacerse cargo de “Ultramarinos La Confianza”. María Jesús que era la mayor de cuatro hermanas trabajó allí desde los catorce años. Estudió Magisterio pero renunció a ser maestra para ayudar en el negocio, que entonces era el sustento familiar y no pasaba por un buen momento. Tras la jubilación de su padre llevó las riendas de la tienda junto a su marido Antonio Villacampa. A partir de los ochenta el matrimonio afrontó el difícil reto de la irrupción de los supermercados y los centros comerciales, un fenómeno tan demoledor para el pequeño comercio como las hombreras y el pelo cardado para la moda. Sobrevivieron con la misma receta de siempre: adaptación y trabajo, mucho trabajo. Hoy Antonio no está entre nosotros pero María Jesús, que cumplió hace poco los 73, continúa atendiendo a sus clientes y sigue con muchas ganas de trabajar y ninguna de retirarse.

Al entrar en la tienda sorprende su elegancia. El fundador que era un comerciante de origen francés llamado Hilario Vallier abrió el negocio como mercería y sedería para más tarde incorporar distinguidas viandas de ultramar. Al tratarse de artículos exclusivos decoró el local suntuosamente como muestran las magníficas pinturas del techo, obra del pintor oscense León Abadías y Santolaria, que también dejó su firma en los techos del Ayuntamiento y la Diputación. Se podía pensar que se está en una tienda “pija” pero su oferta se aleja de ese concepto: productos de uso común y marcas de las que todos tenemos en nuestras despensas (conservas “Calvo”, aceitunas “La Española”, zumos “Granini”, etc.) comparten estante junto a otros de cercanía que permiten conocer la materia prima de la región. Pregunto a María Jesús si tiene boliches pero entonces no era temporada. La buena señora en cambio me enseñó otro artículos de la provincia: quesos del Alto Aragón (Guara, Radiquero, Benabarre…), embutido de Graus, miel de Asque, aceites del Somontano, almendras a granel de Loarre y chocolate de la tierra al corte. Efectuada mi compra abandoné la tienda convencido que la visita a “La Confianza” es obligada para cualquiera que visite Huesca pero especialmente para aquellos empresarios que necesiten consejo sobre cómo sacar adelante un negocio durante tantos años.

 Su decoración huye del actual minimalismo imperante

Exterior de Ultramarinos La Confianza

Pinturas de León Abadías y Santolaria
  
Plaza Luis López Allué, 8
22001 Huesca

miércoles, 31 de octubre de 2018

Marisquería El Pato Rojo (Jaén)

Uno de los últimos peligros de Internet, además de la piratería, el fishing o las reflexiones del video-blog de Jiménez Losantos son los memes del pato rojo. Acompañando a la misma foto fija de un patito carmesí nos bombardean con una sarta de consejos absurdos como quitarte el hipo con Polonio, conquistar Rusia en invierno o curarte las heridas con sal. No seré yo quien critique a los descerebrados que dedican su tiempo libre en semejantes tonterías (y quiero creer que lo hacen en su tiempo libre y que esta actividad no constituye un trabajo remunerado). Pero si introduces en la red Pato rojo además de este montón de inanidad cibernética puedes llegar a la conclusión de este nombre está bastante frecuentado por muchos establecimientos a lo largo y ancho del país.


Yo voy a hablaros de un Pato Rojo en Jaén. Una elección muy afortunada si queréis comer  bien en el centro de esta ciudad. En el verano de 1974 Mª Carmen Jiménez y Manuel Martos (no confundir con el hijo de Raphael) abren esta marisquería en “La Carrera”. Ellos heredaron el nombre del anterior local, bien para arrastrar a la antigua clientela del otro local o para ahorrarse las tasas municipales pero siendo sinceros tras este nombre uno espera encontrarse o un restaurante chino o un puticlub, pero no una marisquería. Pero superada la sorpresa inicial se descubre una buena opción para comer. “El pato rojo” ofrece tapa gratis con la consumición, como es tradicional en Jaén, lo que marca la diferencia con otros establecimientos es que las tapitas no son las típicas sino unos langostinos, gambas a la gabardina o tortillitas de camarones. Si te encanta la tapa recomiendo pedirla en media ración porque son generosas y aunque el pato sea rojo tú puedes acabar poniéndote morado.

 Tapa con la consumición
 
 Ración de flamenquín con salmón y roquefort
 
 Barra de El Pato Rojo
 
Marisquería El Pato Rojo
Calle Bernabé Soriano, 10
23001 Jaén

lunes, 24 de septiembre de 2018

Horchatas Monserrat (L´Hospitalet de Llobregat)

ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (XXXVIII)

El año pasado se estrenó el corto “L´Hospitalet es feo”, un título que es un “spoiler” en sí mismo… El protagonista recorre en furgoneta una ciudad que podría confundirse con muchas otras de nuestra geografía por lo que sus creadores bien podrían haberse decantado por titularla “L´Hospitalet somos todos”. Seamos sinceros: la mayoría nos hemos criado en una de estas ciudades monstruosas, nos hemos visto obligados a residir en una expulsados por el precio del metro cuadrado de nuestra ciudad natal o bien las visitamos los fines de semana para cumplir con la inexcusable visita a los suegros.

Puede que a algún vecino de L´Hospitalet no le guste el título del corto pero yo no lo encuentro ofensivo. Creo que ha llegado el momento de reivindicar  las ciudades feas. Hay vida más allá del las capitales con tiendas que abren en domingo, o de las ciudades con un pasado histórico relevante que las hecho accidentalmente acreedoras de edificios emblemáticos y áreas urbanas dignas de ser incluidas en cualquier touroperador. Yo creo que a menudo tras la combinación de ladrillo, hormigón y pladur se esconden ciudades con gran personalidad y con el suficiente respecto por sí mismas como para no permitir que las recorra un trenecito turístico. Quizás por esto me guste tanto visitar ciudades como L´Hospitalet y descubrir sus valores ocultos.

Un secreto que merece la pena descubrir en L´Hospitalet es “Horchatas Monserrat”. Gracias a la conservación de pequeños comercios como este la ciudad mantiene una atmósfera propia y diferenciada de la colindante Barcelona. La familia Monserrat llega a comienzos del siglo XX procedente de l’Horta Nord valenciana. No es hasta 1957 cuando abren esta horchatería en Carrer Farnés el mismo año que se levantó el cercano Camp Nou. Quién sabe si esa proximidad es el motivo por el que la afición culé afirma en ocasiones que sus jugadores parecieran tener horchata en las venas.

Desde 1957 pocas cosas han cambiado en “Horchatas Monserrat”. Continúan usando la maquinaria de toda la vida, trabajando por fases (lavado, trituración, mezcla, etc.), renunciando a los nuevos procedimientos y al trabajo en cadena. La temporada horchatera depende de la climatología pero suele ir desde el día de San José hasta el del Pilar. El resultado es una producción menor a ochenta mil litros anuales que conserva el sabor de siempre. Mi lugar favorito para disfrutarla es el próximo Parque de la Marquesa que sorbiendo una buena horchata por mi pajita no tiene nada que envidiarle al mismísimo Parque Güell.


Una horchata en L´Hospitalet

Interior de Horchatas Monserrat

Fachada

Horchatas Monserrat
Carrer Farnés, 4
08904 Hospitalet de Llobregat



Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa

sábado, 22 de septiembre de 2018

Restaurante La Nieta (Madrid)

El barrio de Chueca a lo largo de su historia ha pasado de ser castizo, macarrilla y problemático a ser un barrio moderno y solidario. Pero como todo en este mundo neoliberal que nos rodea lo que comenzó como el germen de un proyecto espontáneo e integrador se ha convertido en una gentrificación masiva donde los turistas son los reyes y los fondos de inversión los emperadores.  Y como las cotorras argentinas y los mapaches americanos este fenómeno no es complementario sino invasor. Entre sus víctimas están los restaurantes de toda la vida que incapaces de soportar la subida de alquileres y la expulsión de vecinos del barrio que constituían el grueso de su clientela, han visto languidecer sus locales ante la llegada masiva del actual turismo teledirigido.

Pero no toda la Galia está ocupada por los romanos. En este panorama permanece irreductible desde 1985 La Nieta, restaurante de origen segoviano que sobrevive entre gastromercados, “fried chicken” y cocinas vistas en la mítica calle Libertad. Su larga barra con salón al fondo, mantelería de cuadros blancos y rojos recién planchada y mobiliario rústico es todo un contraste con los restaurantes vecinos. Decoración sin concesiones a la modernez pero sí con un punto cosmopolita: las paredes están decoradas con una colección de platos de todo el mundo (Jordania, Japón, Rusia, Portugal, etc.) ofrecidos por sus clientes habituales. Imagínense la cara de Chicote si un cliente le trae de sus vacaciones un “pongo” para colgar en su impoluto restaurante de Chueca.

Entre su clientela fija gente mayor del barrio, trabajadores de la cercana sede de la ONCE y vecinos gays de los pioneros en llegar a esta zona cansados de pagar el doble por platos que ocupan más espacio en la carta que en la mesa. Además por muy cosmopolita y moderno que sea uno todos necesitamos un buen plato de comida casera entre semana con sabor a hogar y aroma a infancia. Para este público y todo aquel que quiera pasarse La Nieta ofrece comida tradicional en raciones, carta y un fenomenal menú con enjundia y una excepcional relación calidad-precio. Entre sus especialidades las albóndigas de ternera, los huevos fritos y el cordero y cochinillo por encargo. Postres caseros entre los que hay que destacar la leche frita y la tarta de queso (como las de antes, sin base de galleta ni mermelada por encima). No podía faltar en una tasca como ésta la casquería: mollejas de cordero, higaditos de pollo encebollados, callos a la madrileña y unos increíbles riñones al jerez. Puede que lo del nombre de La Nieta sea  porque  uno se siente como en casa de su abuelita rebañando el plato un domingo como si no hubiera un mañana.

 Riñones al jerez

 Interior de La Nieta

Tarjeta de La Nieta

Calle Libertad, 25
28004 Madrid

lunes, 6 de agosto de 2018

El Tío Che (Barcelona)

ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (XXXVII)


El Poblenou es un barrio de Barcelona de los de toda la vida al que hay que ir antes que los apartamentos turísticos expulsen a sus vecinos. Además de una agradable rambla y un popular mercado el Poblenou posee una escultura que no por menos conocida merece ser menos fotografiada que la estatua de Colón o la gamba gigante de Mariscal. Frente a la horchatería del Tío Che hay una escultura del fundador del local y que dio nombre al mismo. Una estatua a un horchatero, si esto no es muestra del "seny" catalán que baje Dios y lo vea. 

La historia de esta centenaria horchatería comienza en 1912 cuando los nucieros Joan y Josefa llegan a Barcelona con la intención de “hacer las Américas”. Mientras esperan un barco con destino a Argentina venden horchata para salir adelante. Joan capta la atención de los viandantes con la interjección valenciana “che” que se hace muy popular entre los clientes que no tardan en referirse a él cariñosamente como “el Tío Che”. Sobra decir que cuando el barco parte a Argentina lo hace sin ellos. Desde entonces esta horchatería ha tenido diferentes ubicaciones desde las que han sobrevivido a vaivenes políticos, crisis económicas, a la llegada de la Coca-Cola e incluso a una bomba en la guerra civil que la hizo volar por los aires. Cinco generaciones después el Tío Che sigue en pie sirviendo leche merengada, granizados, helados, turrones y por supuesto auténtica horchata con D.O.

Como yo no soy persona hasta que me tomo una horchata por la mañana me dispongo a entrar al local a degustar mi zumito fresco de chufa no sin antes hacerme un selfie con tan gran personaje. Pudiendo uno posar junto al tío Ché ¿quién quiere una foto con una Kardashian?

Pero ya no está ahí… me informan que su escultura ha sido retirada por el Ayuntamiento por “ocupación indebida del espacio público”. Un argumento valido si se aplicase también con igual determinación en el Puerto, las Ramblas y otros puntos de la ciudad donde los peatones tenemos que hacer eslalon para poder circular. Este modesto blog horchatero reclama un indulto para este símbolo de los horchateros pero también del barrio.   

Una horchata en Poblenou

El Tío Che

Interior del establecimiento

Rambla del Poblenou 44-46
08005 Barcelona

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Noticia de Última Hora


El Ayuntamiento anunció a las 12 horas que rectifica su decisión ¡El Tío Che regresa a casa!

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sábado, 30 de junio de 2018

Gelats i Torrons Xixona (Reus)

ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (XXXVI)

Reus es la ciudad de Agustina de Aragón, Juan Prim, Mariano Fortuny y Antoni Gaudí. Pero además es digna de mención por su ruta modernista, las bodegas de vermut, su estupenda avellana y por un buen número de comercios centenarios que aún persisten inasequibles al desaliento y a la globalización.

Uno de esos comercios centenarios de Reus es “Gelats i Torrons Xixona”. Este local es visita obligada para tomarse una horchata de chufa que se despacha buena parte el año, salvo los quince días antes de Navidad, fechas en las que están más atareados cortando turrón. Producen también una maravillosa horchata de avellana en la época en la que se recolecta ésta, una novedad muy bien recibida por sus clientes. Y también con este producto típico de Reus se lanzaron el año pasado a elaborar “rocs de Reus” que consiste en avellanas de Reus tostadas en leña con tres tipos de chocolate. Doy fe que sus turrones son una pasada y por ello son uno de mis suministradores a domicilio.

Caja de turrones de Antonio Plá Ferrándiz

 Local en Carrer de Llovera

Una horchata en Reus

Con objeto de saber algo más de este local pedí información a su propietaria sobre el mismo para poder hacer un artículo con algo más de enjundia. Cuál fue mi sorpresa cuando Núria me escribió varios correos dedicándome un tiempo que le escasea y compartiendo la historia de su negocio y por extensión, de su familia.

A medida que leímos el relato de "Gelats i Torrons Xixona Antonio Plá Ferrándiz" la idea de meter la tijera fue siendo sustituida por la de poner unas comillas. Núria nos cuenta en ella la memoria de un negocio centenario que ha pasado por cinco generaciones que no han dejado de luchar contra las vicisitudes que su tiempo les imponía con el objetivo de dar el mejor producto y mantener la tradición. Es el ejemplo de esos pequeños negocios que empezaron en algún rincón del país y que se han mantenido a lo largo de los años a base de tesón, cariño y esfuerzo y que no son noticia porque no salen a bolsa, no tienen tiendas en el extranjero o no cotizan en el IBEX 35 como si continuar en pie hoy en día no fuera suficiente para ser noticia.

Desde Antonio Plá Ferrándiz y su venta en los portales del Reus de finales del XIX hasta Núria y sus dos locales en el Reus del siglo XXI esta es la historia de una familia de lo que ahora llaman emprendedores y que para mí, son simplemente unos héroes.

“En 1885 Antonio Plá Ferrándiz, un labrador de Jijona, decide probar suerte y se va a Reus a vender sus turrones caseros llamado por su amigo José Sirvent que ya vendía los suyos en Tarragona. Reus era una plaza muy próspera en aquella época y, supongo, que eso sumado a que en Jijona había epidemia de cólera la decisión debía ser relativamente fácil. Allí se instalan él y su esposa Quica Morán en la plaza de Prim número 2, aunque sólo un año. En 1886 ya se instalan en Arrabal de Santa Ana 6, donde todavía estamos ahora y donde parece ser que también vendían melones. Después de Navidad regresaban a Jijona a cultivar sus almendros, hacer sus turrones y vuelta a Reus a venderlos en el portal.

Tuvieron una hija, Elvira, que se casó con José Verdú García y tuvieron 5 hijos. Con 10 años, el nieto mayor, José Verdú Plá ayudaba a su abuelo en la parada de turrones y pronto cogió las riendas del negocio.

Llegó la Guerra Civil y pudieron cruzar el Ebro en el 36 y en el 37. Pero en el 38 la feroz batalla no les permitió llegar a Reus. Estaban muy preocupados porque en el desván del edificio habían dejado el papel para envolver las barras de turrón y la balanza de pesos y no sabían si lo encontrarían. Pasada la guerra volvieron a Reus y allí encontraron todos sus enseres.

La historia continúa cuando José se casa con María, que a su vez tenía un viaje de turrón a Orihuela, y se la lleva a Cieza, Murcia, donde había asumido el traspaso de una heladería que ya existía. Tuvieron 3 hijos que ya no conocieron a Antonio Plá Ferrándiz y tres lugares eran los que habitaban cada año. Empezaban el año en Jijona y preparaban la yema para hacer el turrón en invierno. Después marchaban a Cieza donde hacían una dura temporada heladera. A finales de septiembre empacaban y cogían el autobús hacia Alicante. Al día siguiente empezaban con la selección de la almendra de la finca de María, almendra que iría al turrón. Limpiaban el obrador y a empezar a hacer los turrones para Reus. Después, en Todos los Santos, se marchaba una parte de la familia a Reus y otra se quedaba ultimando los turrones. En Reus montaban la parada con el mismo mostrador que el abuelo Antonio.

Ángela, una de las dos gemelas de José y María, decidió continuar con el oficio de la familia. Tenía claro que no quería pasar el resto de su vida en tres lugares, quería quedarse en una sola población y esa era Reus, aunque allí no tuvieran nada en comparación con Cieza donde tenían dos tiendas. Vendieron pues, las tiendas de Cieza y alquilaron el local de al lado del portal de Reus. Montaron allí también una heladería.

Entrevista de 1964
 
Estábamos en el año 1974, en la campaña del turrón y ya en la tienda nueva de color azul y blanco del Arrabal de Santa Ana 6 de Reus. Al año siguiente inauguraron toda la temporada: la del helado y la del turrón. Los helados tuvieron mucho éxito y los turrones ya se conocían. Un par de años más tarde pudieron alquilar el piso superior de la tienda. Ya en el año 1982 se compró un local en la calle Llovera y abrieron allí otra heladería. En 1985 cumplimos el primer centenario y regalamos un llavero con la cara de Antonio Plá Ferrándiz y un calendario. El calendario tuvo tanto éxito que desde entonces lo hacemos cada año. Suelen ser fotos antiguas de Reus coloreadas. La gente los colecciona. Las dos tiendas tuvieron mucho éxito y la tienda de Santa Ana se amplió hacia el año 2001. En 2006  empecé con la construcción de la página web y a tantear el turrón ecológico. Costaba muchísimo encontrar la equivalencia de ingredientes en eco.

Cuando mis padres se jubilaron ante la posibilidad que el negocio desapareciera mi pareja y yo nos liamos la manta a la cabeza y nos fuimos a Reus a aprender el oficio. Era 2007 y todavía continuamos aprendiendo.

En 2009 empezamos a recoger maravillosas anécdotas para celebrar los 125 años. Estuvimos creo que dos o tres temporadas recogiendo anécdotas de clientes en una libreta de tapas negras y cartulina crema muy bonita. Las personas mayores me explicaban sus cosas en relación con nosotros y yo lo apuntaba todo como si fuese un dictado. Otros escribían con letra de preciosa caligrafía, otros con letra... que costaba más de leer, y los que no sabían qué decir y, claro, con su permiso, les hacía una foto porque tenemos muchos clientes imprescindibles que nos han ayudado a llegar hasta aquí.

Durante esos años fuimos a las bibliotecas a consultar periódicos antiguos para encontrar algo de información sobre el contexto histórico desde 1885 hasta 2010 y, de paso, algún anuncio nuestro. Y tuvimos suerte, encontramos muchos anuncios de Antonio Plá Ferrándiz publicitando que ya había llegado a Reus con sus fantásticos turrones. También encontramos una entrevista que le hicieron a su nieto. En esta entrevista se hablaba de tres niños y que quizás uno de ellos continuaría con el oficio...

En 2012 mi hermana Montse montó con una compañera Massaxuxes, una empresa de comida ecológica y en 2013 le propuse que se ocupara ella del turrón eco de APF.

Calendario
 
Y en 2016, fruto de nuestra preocupación por avanzar en nuestro oficio y del contexto político en Catalunya, fundamos con 11 turroneros más XICS-TORRONERS, que es la asociación de turroneros jijonencos de Cataluña.”

Y así  mientras el cuerpo aguante. Gracias por dedicarnos tu escaso tiempo y hacernos partícipes un pedazo de la memoria más dulce de Reus.


Carrer de Llovera, 26
43201 Reus (Tarragona)

Raval Santa Anna, 6
43201 Reus (Tarragona)

Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa


jueves, 31 de mayo de 2018

Confitería Raysa (Cudillero)

En este mundo estamos rodeados de expresiones contradictorias: imperdible, Costa Brava, Pacto de Estabilidad, Izquierda Unida… así que cuando descubrí una pastelería en Cudillero cuya especialidad se llamaba “avellanitos” controlé mis expectativas no fuera a sentirme tan defraudado como cuando me explicaron que el Ajoarriero era un plato con pescado.

Es por eso que sólo compré uno para probarlo mientras me encaminaba hacia el puerto. Dicen que la comida al lado del mar siempre sabe mejor pero dudo que aquella explosión de avellana en mis papilas gustativas hubiera sido menor en medio del Mato Grosso. Degusté aquel pedacito de cielo con intensísimo sabor a avellana con un gozo tan evidente que locales y turistas se giraban para ver qué le pasaba a aquel tipo raro que gimoteaba de placer mientras relamía las últimas migas de su postre.

Desde entonces cuando mis amigos o conocidos me preguntan por un buen destino para viajar siempre les aconsejo visitar Cudillero. Eso sí, por descubrirles tan precioso enclave en la costa asturiana les sugiero como pago una bolsita, o dos, o tres… de este manjar que es un placer para todos los amantes de la avellana. Por si a algún descerebrado no le gusta la avellana además de avellanitos esta casa fundada en 1970 tiene como especialidades el suspiro (pasta de mantequilla típica de Pajares) y el embutido de almendra (un curioso nombre para un hojaldre con mantequilla y almendra).

Y después de este gran consejo gastronómico ¿alguno tiene intención de viajar próximamente a Cudillero?

 Avellanitos

Algunos productos

Escaparate de Confitería Raysa

Confitería Raysa
Calle Suárez Inclán, 1
33150 Cudillero

Nota: Nuestro agradecimiento a Julia por sus fotos y avellanitos... 

jueves, 26 de abril de 2018

Ruta de horchatas por Girona

ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (XXXV)

Aunque resulte difícil de creer, Girona es una de las localizaciones favoritas del cine asiático. Desde que la exitosa serie norcoreana “La leyenda del mar azul” eligiera la ciudad como escenario se han multiplicado las producciones asiáticas. En mi última visita pude ver al Jackie Chan de turno grabando unas cuantas cabriolas en la Pujada de Sant Domènec. Girona es hoy para las “películas de chinos” lo mismo que en su día fue Almería para el “spaghetti western”. El principal damnificado de este cambio de género es nuestro gremio de figurantes: es fácil meterse en la piel de un bandolero mejicano pero para hacer de cuñado del señor Miyagi no hay método Stanislavski que valga. Y sí, lo has adivinado, en este artículo hablaremos de chufas pero de otra clase de chufas: las empleadas por los únicos dos establecimientos de Girona que elaboran horchata natural.

Torrons i gelats Candela

Comenzamos nuestro recorrido por la heladería más antigua de Girona. Candela es una empresa con más de 50 años. La historia nos resulta familiar: un jijonenco comienza a vender turrones en un portal, la cosa le va bien y se instala en la ciudad. El bisabuelo de los actuales dueños se trasladó a Girona en los años 60-70. Tres generaciones después Candela sigue elaborando sus afamados turrones en Jijona con la receta original del bisabuelo. En verano los turrones dejan paso a helados, granizados y por supuesto, horchata, que como el resto de sus productos son de elaboración artesana.


 La preciosa fachada de Candela

Su horchata

Gelateria La Gioconda

A quinientos metros de la anterior esta heladería abierta en mayo de 1999 es el otro establecimiento “horchatero” de Girona. La Gioconda es conocida por sus helados de elaboración propia pero también produce horchata de abril a septiembre. La elaboran con chufa premium D.O. La Alboraya, agua baja en sodio, azúcar ecológico integral y nada más. Fabrican cada día unos 30 litros para el día siguiente, la dejan en reposo al menos 12 horas y la ponen a la venta hasta que se acaba, así que date prisa no te vayas a quedar sin ella.


 Cartel de tijera de La Gioconda

Otra horchata al buche

Después de este recorrido corrígeme si me equivoco “nen” ¡para chufas las valencianas!

Torrons i gelats Candela

Carrer de l'Argenteria, 12
17001 Girona

Plaça de Catalunya, 10
17004 Girona

Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa