martes, 9 de abril de 2024

Mercat de la Independència (Terrassa)

Visito el Vallès para descubrir al Gaudí de Tarrassa. Esta animada ciudad obrera cuenta con varias obras de Lluís Muncunill, arquitecto que compartía con las Kardashian una idea: la recta no es bella. La fachada del Ayuntamiento, el Almacén Farnés o la impresionante Vapor Aymerich, Amat y Jover son ejemplos de las formas vivas que generaría la naturaleza si trabajara solo con ladrillo y hierro.

El fastuoso mercado de la ciudad no es obra de Muncunill sino de sus sucesores en el cargo como arquitectos municipales, primero Antoni Pascual, y a continuación, Melcior Viñals. Tiene planta de tres naves dispuestas como los dedos de un emú, la puerta cuenta con bonitos detalles modernistas y una vez dentro la cubierta (una enorme estructura de hierro sostenida por 50 columnas) atrapa toda tu atención.

A diferencia de otros mercados centenarios el de Terrassa tiene continente pero también contenido. Muchos puestos abiertos, con una gran oferta y productos de la comarca del Vallès. Entre las sugerencias locales: la judía del ganxet, el requesón de Ullastrell o el garbanzo ”menut”, producto este último que no conocía, pequeño y mantecoso, que puedes adquirir tanto en crudo como preparado.

Exterior
  
Interior
  
Aviso: Zona vigilada por cérvido


Raval de Montserrat 41
08221 Terrassa (Barcelona)

martes, 2 de abril de 2024

Orxateria Sol i Mar (Valencia)

ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (LIX)

El mi última visita a Valencia realicé el itinerario oficial de Blasco Ibáñez. Mi relación con el escritor valenciano comienza en mis tiempos de estudiante cuando acudía a las librerías de Cuesta de Moyano a la caza de gangas de clásicos de la literatura. En los apartados de libros de ocasión nunca faltaban ejemplares de una vieja colección dedicada al escritor publicada por Plaza y Janés. Esas novelas permitieron a un chaval que solo había salido de Madrid para ir al pueblo recorrer los estrechos callejones de Toledo en “La Catedral”, sumarse a las manifestaciones de los mineros en el Bilbao de “El intruso” y sentir en su rostro la brisa del “Mare Nostrum” en cualquiera de sus libros valencianos. A la ruta, que consta de 33 paradas, y que finaliza en la Malvarrosa, le añadí por mi cuenta una parada final en una horchatería cercana a su Casa Museo.

La Orxateria Sol i Mar es un negocio abierto en 1977 que ofrece horchata desde enero a finales de octubre, aparece en el listado del Consejo Regulador Chufa de Valencia como “Elaborador de Horchata de Chufa de Valencia Natural (No envasadores)”. Emplean chufa D.O. Valencia. En su taller que está en el propio local no añaden espesantes, leche o colorantes por lo que es apta para veganos, intolerantes a la lactosa y celíacos. La ofrecen también sin azúcar, sin ningún edulcorante añadido, para gente con diabetes o que la prefieren menos dulce, eso sí, en este caso líquida, porque al no tener azúcar la horchata no graniza. 

Si tu paladar está entre la horchata normal y la sin azúcar existe la opción de servirte mitad y mitad. Y, como no podía ser de otra forma, homenajeo al insigne valenciano pidiendo una de las meriendas favoritas de don Vicente: horchata con rosquilletas. Con esta dulce despedida doy esta mejorada ruta de Blasco Ibáñez.

Horchata con sello de los Poblados Marítimos
 
Mi idea de tardeo
 
Fachada de Sol i Mar

Calle de Mendizábal, 23
46011 Valencia

Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa

jueves, 29 de febrero de 2024

San Sebastián: pastelerías y sus especialidades

Para mí la Bella Easo es sinónimo de dulce y no me refiero a las magdalenas industriales del mismo nombre sino a la excelente pastelería de San Sebastián. La afición por la confitería en toda la costa guipuzcoana, las excelentes materias primas locales, la influencia de la cercana repostería francesa, la protección del pequeño comercio de la ciudad y la histórica predilección de donostiarras y visitantes ilustres por la producción artesanal de calidad se alinearon para convertir a San Sebastián en un referente y visita obligada para cualquier goloso.

Paso a destacar mis confiterías favoritas y mi recomendación en cada una de ellas. Una advertencia previa, al igual que ocurre con las famosas tapas la excelente confitería donostiarra hay que pagarla. Aquí se trabaja con mantequilla y los mejores productos. Avisado quedas si esperas encontrar ofertas de tres cruasanes por 1,50 o un 3x2 en berlinas rellenas de crema. Si eres de los que racaneas para comer pero luego haces algo tan absurdo como pagar por ver el fútbol propongo que canceles un mes de suscripción para invertirlo en hacer esta dulce ruta de fin de semana o bien, que no continúes leyendo. Ahora bien, si lo haces lo agradecerá tu estómago, tu cerebro y tu índice glucémico.


Pastelería Otaegui y sus pantxinetas

El colmo de una pastelería es crear el dulce típico de su ciudad. A Otaegui le debemos la invención de la pantxineta: pastel de hojaldre relleno de crema pastelera cubierto de almendrado. Hoy este dulce puede encontrarse en la mayoría de las pastelerías donostiarras pero el de Otaegui es el original.

Este postre está fuertemente arraigado en la ciudad y es motivo de un dulce debate sobre si debe servirse frío o caliente para apreciar mejor su estupenda crema. Por fortuna para Ciudadanos esta discusión todavía no se ha politizado porque sin encuestas publicadas sobre el tema no tendrían manera de posicionarse oficialmente. 

El origen de esta pastelería se remonta a 1886 cuando Pedro Otaegui y Emilia Malcorra montaron este negocio coincidiendo con el traslado de la corte veraniega a San Sebastián. Pronto se convirtieron en proveedores de la Casa Real. Hoy tiene el honor de ser la pastelería más antigua de la ciudad.

En la actualidad Otaegui tiene problemas financieros que amenazan su supervivencia. Si eres donostiarra desde mi punto de vista tienes dos opciones: puedes esperar al cierre para retuitear indignado que la ciudad pierde otro negocio tradicional o tener una actitud activa y convertirte en cliente, porque solo de palabras no sobrevive el comercio. 


 Pantxineta

Funciona con pesetas

Calle de Narrica, 15
200003 San Sebastián/Donostia
Dispone de otras sucursales en la ciudad

Pastelería Izar y sus herraduras

Abierta en San Sebastián por Hortensia Izar de la Fuente en 1949. En la actualidad el obrador se encuentra en un polígono del barrio de Martutene donde los hermanos Martín sacan el producto que se expone profusamente en su tienda de toda la vida de la céntrica calle Mayor. Un escaparate que es una delicia contemplativa para cualquier goloso y a buen seguro si el Monte Igueldo reabriera el viejo zoo apuesto que sus osos se liberarían de sus jaulas para asaltarlo a zarpazos.

Izar es conocida por sus hojaldres de mantequilla y pasteles de crema cocida. Destaco la alpargata donostiarra (sólo hojaldre), el gorbea (milhojas de hojaldre, crema y nata), el milhojas de merengue (bloque de hojaldre cubierto de merengue), el pastel vasco (bizcocho de almendra relleno con crema cocida), el príncipe (canutillo de teja relleno de trufa) y la especialidad de la casa, la herradura, una delicia de hojaldre de mantequilla, crema cocida y almendra picada con la forma que le da nombre.

 Herradura

La perdición de un goloso

Pastelería Izar
Calle Mayor, 2
20003 San Sebastián/Donostia

CERRADO EN 2019

Pastelería Oiartzun y sus cruasanes de chocolate

Fundada en 1972 por Manuel Martín en el pueblo del mismo nombre. Antes de abrir su propio negocio Manolo fue encargado de la Cafetería Dover en la calle Loyola de San Sebastián. No fue hasta 1987 cuando volvió a la capital con “Pastelería Oiartzun” y con ella sus afamadas trufas y cruasanes. Con esa especialidad a nadie le debería sorprender que su fuerte sea el cruasán de chocolate: espectacular hojaldrado de mantequilla, relleno con una barrita sólida de chocolate negro “Valrhona” y en el exterior baño del mismo chocolate sobre las puntas. Después de descubrir lo que es un cruasán de verdad abrirás una petición en “Change.org” para que llamen de otra forma al de Granier porque definitivamente bajo el mismo nombre no pueden coexistir dos productos tan diferentes.


 Con Santa María de fondo

Cruasán de chocolate

Calle de Igentea, 2
20003 San Sebastián/Donostia
Dispone también de una heladería

Pastelería Barrenetxe y sus txintxorros

En la concurrida Plaza de Guipúzcoa un reloj floral y otro grabado en mármol recuerdan a los transeúntes que salvo que te llames Jordi Hurtado el tiempo se nos escapa y que aparte de las letras de la hipoteca sólo perviven las tradiciones. Héctor y Rosa debieron de pensar lo mismo cuando eligieron esta plaza el verano de 1993 como el lugar idóneo para que una familia pastelera como Barrenetxe, que se remonta a 1699 en la localidad navarra de Zugarramurdi, abriera su nuevo negocio en la capital. 

Esta pastelería que muestra orgullosa un cartel en el que renuncia al uso de conservantes y grasa de palma tiene como especialidad el txintxorro. Este bizcocho de almendra con naranja adornado con almendra crocante debe su nombre a su forma de barca. Si tu médico, dietista o gurú energético boicotea la ingesta del tirón de medio kilo de esta contundente delicia puedes pedir el formato individual con aspecto de magdalena o seguir un sabio consejo: saborea la vida porque es breve pero puede ser muy dulce.


 Caja metálica para regalo

Txintxorro

Pastelería Barrenetxe
Plaza de Guipúzcoa, 9
20004 San Sebastián/Donostia
Dispone de varias tiendas en la ciudad

CERRADO EN 2019

Pastelería Aguirre y sus brioches

Una de las últimas en llegar a la ciudad pero no por ello carente de historia, tradición y especialidades. Esta pastelería la fundó Ángel Aguirre y su mujer en 1940. Cuando se jubiló sin descendencia legó la misma a su discípulo Luis Iriarte que trabajó en el obrador con él desde niño. Hoy la familia Iriarte sigue al frente de esta pastelería que aseguran frecuentaba el célebre cantante y actor irundarra Luis Mariano. Desde 2010 cuenta con un despacho de venta en el exclusivo Boulevard de San Sebastián.

Entre sus productos destacamos milhojas, pastas, pasteles y las “opilas”, un dulce al estilo de las monas de Pascua que las madrinas regalan a sus ahijados el 25 de abril. Su gran especialidad sin embargo son sus maravillosos brioches, que venden por raciones y también enteros de tres, cuatro y hasta cinco picos. Son tan buenos que si María Antonieta hubiera ofrecido éstos a falta de pan al hambriento pueblo francés a buen seguro hubiera conservado la cabeza sobre sus hombros.


Brioche de tres picos
 
Tarjeta de Pastelería Aguirre

Calle Garibai, 1
20004 San Sebastián/Donostia

Pastelería Pariés y sus pasteles vascos

Los caminos del Señor son inescrutables. Jacques Damestoy era un joven destinado a ser agricultor hasta que unas fiebres tifoideas le dejaron demasiado perjudicado para las duras tareas del campo. Encaminó entonces sus pasos al noble trabajo de encender farolas hasta que se descalabró cayendo desde lo alto de la escalera. Pero quiso la suerte que aquella caída fuera a los pies de la dueña de una chocolatería que se apiadó de aquel joven al que parecía haber mirado un tuerto ofreciéndole trabajo en su obrador y enseñándole un nuevo y más dulce oficio en su local, germen de la actual Pastelería Pariès.

Mi descubrimiento de la Pastelería Pariès no fue tan accidentado como la vida de Jacques pero sí fruto de la misma casualidad que le llevó hasta ella ya que en mi visita a Donostia me alojé junto a la sucursal que tienen en esta ciudad. No tuve necesidad de ir a la sede de Bayona para probar sus especialidades: kanougas (caramelos blandos ideados por Jacques), mouchou (bocado de almendra creación de la casa) y, por supuesto, el famoso pastel vasco, una masa quebrada de mantequilla con relleno, que en la parte francesa prefieren de cereza y a este lado gusta más con crema.

Pastel vasco de Pariès

No se pierdan el cruasán de almendra

Plaza de Euskadi, 1
20002 San Sebastián/Donostia

Pastelería Geltoki y su tarta ondarreta

Acudo a la modernista Casa Bautista Uranga ubicada en el 61 de la Calle Easo para testar otro clásico dulce donostiarra. Una entrada coronada por hojas de acanto y ramos de girasoles me introduce en el jardín de las delicias. En su interior la pastelería de Carmen Echave y José María Pikabea, dos reposteros procedentes de la desaparecida Panadería Echave que abandonaron el nido en 1988 para abrir la Pastelería Geltoki, primero en el 63, y desde 1997 en el número actual. Su especialidad: la tarta ondarreta, un bizcocho de mantequilla y harina de almendra que deja en muy mal lugar al que haces en casa con medidas de un recipiente de yogur. Mi opción favorita para recabar energía cuando me subo al "topo" de Amara para hacer la procesión hasta Bilbao.

Su chaflán modernista
 
Tarta Ondarreta

Calle Easo, 61
28006 San Sebastián/Donostia

Casa Aramendia y sus inglesitos

Casa Aramendia nace con el nuevo siglo en Rentería. En 2013 adquiere seis locales de Pastelerías Rich en Donosti así como la receta de sus ingleses. Estos tienen su origen en el asedio anglo-portugués de 1813 cuando la carestía obligó al donostiarra a elaborar dulces con pan duro. No sabemos si esto es una leyenda, pero sí está documentado que Rich los producía y al menos en su inicio usaba restos de bollería. Tras su cierre la nueva propiedad mantuvo el producto a la venta con el nuevo nombre de inglesitos.

Para elaborar los actuales emplean un bollo específico para la receta (la legislación no permite usar restos) que amasan con almíbar y harina de almendra, luego cortan en porciones y cubren con azúcar antes de hornear. Los clientes habituales que conocieron los ingleses de Rich debaten sobre si el sabor de los actuales es fiel al original. No sé cómo serían aquellos pero los inglesitos de Casa Aramendia tienen mucho de dulce antiguo, como salidos de un recetario escrito a pluma sobre hojas amarillentas. Patrimonio de Donosti no apto para los paladares más finolis.

Inglesitos

Rich fue pionero en la distribución

Once tiendas en la ciudad


¡Mosquis! Por fin una ruta hecha a mi medida...

Publicado en 2018 y actualizado.

martes, 27 de febrero de 2024

La paloma de ensaladilla

La universitaria Salamanca es enclave de sobresalientes viandas. Mención especial para sus afamadas tapas, tantas como puedas memorizar. Si quieres tapear con buena nota la paloma de ensaladilla es asignatura obligatoria en la ciudad. La definición más académica de esta tapa es: corteza de trigo con relleno de ensaladilla rusa. Una costumbre tan charra como buscar la rana en la fachada de la universidad, pero más fácil de encontrar.


Cortezas en el mercado

Para catarla desplázate al aula magna salmantina, su Plaza Mayor; en concreto al Mesón Cervantes donde exponen un bol con las cortezas listas para rellenar. El contraste entre la crujiente corteza y la suavidad de su ensaladilla la convierte en un bocado cum laude. Si además de licenciarte en el tema quieres ir a por el máster acude además al decano Mercado de Abastos o a la fábrica de patatas fritas Fátima para comprar las cortezas crudas y hacerlas tú mismo.


Bol con cortezas preparadas

Paloma de ensaladilla

Clase magistral para elaborarlas en casa


Introduce la corteza cruda en la sartén con abundante aceite. También puedes hacerlas en microondas o freidora de aire si con eso evito que destroces la receta con Boca Bits del súper; aunque perderá el sabor típico a aceitito de la fritura tradicional.  En muy poco tiempo el cuero de trigo duro como piedra de Villamayor adquiere vida y se infla como el currículo de un político en campaña hasta alcanzar forma de barquita. Una vez retiradas del calor y enfriadas, rellena estas con ensaladilla rusa y considérate graduado.


Paloma de ensaladilla casera

martes, 2 de enero de 2024

Ruta por los obradores del mazapán toledano

Pocas cosas definen tanto a un municipio como su dulce típico y aquellos que carecen de uno deberían tenerlo por imposición legal. Estoy tan convencido de ello que si de mí dependiera incluiría en la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local que los municipios de más de cinco mil habitantes además de parque, biblioteca y tratamiento de residuos dispusieran por norma de un dulce característico del lugar. Algunos diréis que no es un servicio público necesario pero tampoco lo es el museo etnográfico que seguro también tiene tu pueblo con un fondo compuesto por aperos y trastos que puedes encontrar en cualquier rastrillo.
 
Toledo tiene dulce y es archiconocido: el mazapán. Esta elaboración horneada compuesta por almendra y azúcar a partes iguales es junto a la carne de caza y las espadas su seña de identidad. El problema a la hora de comprar estos productos típicos es acertar. El cliente medio en Toledo es el “turista de libro”, un consumidor sin formación y con poco tiempo para comparar víctima fácil del tendero experto en el “gato por libre” en forma aquí de carne de res por ciervo, acero chino por damasquinado y mazapán industrial por artesano. Debes saber que a pesar de los innumerables locales que ofrecen mazapán artesano Toledo solo tiene cuatro obradores.
 
Acudí a Toledo para comprar en los únicos tres obradores ubicados en el centro. En cada uno de ellos compré figuritas de mazapán por ser éstas las más significativas. Ya en casa organicé una cata a ciegas con todos mis amigos aficionados a la almendra para elegir nuestro obrador favorito. La muestra es muy pequeña, no usamos un método científico aprobado por los fabricantes de mazapanes de Toledo y el resultado aún siendo honesto no espera ser concluyente. Todos los que hemos participado en este artículo nos damos por satisfechos si en tu próxima visita a la ciudad de las Tres Culturas puedes disfrutar de buen mazapán de obrador.

El objetivo de la ruta

El Foro de Toledo
 
Comenzamos nuestra ruta por el más antiguo de Toledo. Su origen se remonta a 1806 cuando Juan Sánchez Aguilera compra una tienda con obrador de confitería en la Plaza Zocodover. Hoy San Telesforo dispone de dos establecimientos: un local enorme en la Plaza Zocodover con una terraza en la que sus camareros reparten más sablazos que Uma Thurman en “Kill Bill” y cerca de éste otro más pequeño en el comienzo de la cuesta del Alcazar.
 
Poca presencia de los productos de su pastelería. No se libra de la mala primera impresión el mazapán. Las paliduchas figuritas son tan poco apetecibles como una cita con la Novia Cadáver. Decidí hacer la cata a ciegas para que su aspecto no condicionara negativamente la valoración gustativa. Camuflaje que no evitó unánimes malas críticas. Textura áspera con presencia de granos de azúcar, escaso sabor a almendra para lo que se espera del mazapán y regusto dulzón más propio de una “chuche”.
 
Nota: Suspenso

Fachada de Zocodover

Algunos productos

Mi compra

Obrador de Mazapán Santo Tomé
 
Tiene su origen en 1856 cuando un repostero con formación europea llamado Eleuterio Pérez abre un obrador en un viejo caserón del XVII. Siglo y medio después ese viejo obrador continúa regentado por la misma familia. Disponen de cuatro tiendas en Toledo siendo la de la calle que le da nombre la más conocida. Su mazapán es el más conocido de la ciudad. Figuritas apetecibles como también lo son otros productos de los exhibidores que incorporo a mi cesta.
 
En la cata a ciegas todos coinciden en situarlo en primer lugar. También existe coincidencia en señalar que es el mazapán de textura más consistente, con más sabor a almendra y un agradable punto final a tostado. Pidieron repetir pero les recordé que no estaban invitados a una merienda sino a una cata. También triunfaron las pastas de piñones y las princesitas también conocidas por marquesas adquiridas en el mismo establecimiento.
 
Nota: Notable

Interior

Mazapán delicia

Mi compra

Obrador Mazapanes Conde
 
Me adentro en la judería para visitar el último obrador de nuestra lista. Se encuentra localizado en un inmueble de origen medieval llamado La Tahona de la Higuera. En este edifico histórico se elaboran estos mazapanes desde 1982. No es una tienda convencional sino un obrador con venta directa al público. Aunque sus productos se encuentran en algunas tiendas de la ciudad recomiendo desplazarse hasta allí para beneficiarte de precios más económicos.
 
Es una gozada poder adquirir los mazapanes en el despacho del mismo obrador. Figuritas con buena presencia en general. Las que yo compro resultan ser las más tostadas de la ruta. Evito emplear para la cata algunas torradas en exceso. Mis invitados destacan la jugosidad de las mismas. En cuanto al sabor todos las sitúan en el segundo lugar pero con notables diferencias, mientras para uno son casi tan buenas como las de Santo Tomé para el resto son sólo un poco mejor que las de El Foro.
 
Nota: Bien

No te despistes

Mazapán surtido

Mi compra


Direcciones:

Plaza de Zodocover, 8
45001 Toledo

Calle de Santo Tomé, 3
45002 Toledo

Plaza de Valdecaleros, 8
45002 Toledo

martes, 19 de diciembre de 2023

Las turroneras de La Alberca

Después del éxito de mi visita el año pasado a la Feria de Navidad de Xixona decidí recorrer por estas fechas otra de las cunas del turrón patrio. Esta temporada me desplazo a La Alberca, en la salmantina Sierra de Francia. Un lugar donde esperas encontrar jamón, hornazo o bollo maimón, pero no turrón. Este es elaborado en casa, su consumo es marcadamente local y ofrece variedades sorprendentes. Si he despertado tu interés estás invitado a otro de mis dulces viajes.


Primera parada: Salamanca 

Me desplazo de la estación de tren hasta el barrio de “La Prospe” para visitar el Museo del Comercio y la Industria. Aquí encuentro el primer testigo de las turroneras albercanas: una fotografía expuesta del Archivo de Venancio Gombau, propiedad del Ayuntamiento, que retrata a las turroneras con sus puestos bajo los soportales de San Antonio. Sería fantástico que este museo, que replica con acierto comercios e industrias salmantinas, dedique en el futuro un espacio propio a los puestos de las turroneras.

Fotografía

Replica de una abacería

A la salida del museo un carnicero y una verdulera me indican dónde puedo localizar a una turronera. Está situada en la Plaza del Mercado, sentada sobre una caja cortando turrón sobre una mesa. Asegura que no abandona su puesto desde que se instaló en diciembre de 2017. Es de bronce, pesa seis toneladas y es de Gonzalo Coello Campos, el mismo autor que las otras esculturas de oficios. Vistas las turroneras en fotografía y en escultura me desplazo en bus a La Alberca para conocer a las de carne y hueso.

Verdulera y carnicero

Turronera de La Alberca

Segunda parada: La Alberca 

El pueblo

A diferencia de Xixona, La Alberca no tiene museos, exposiciones, obradores, fábricas o ferias que visitar relacionadas con el turrón. La experiencia se limita a los tres puestos de turrón y una pastelería. El resto del tiempo puedes ir al encuentro de sus tradiciones centenarias, disfrutar de la preciosa arquitectura serrana y perderte por los retirados paisajes de Las Batuecas. Que tu paso por uno de los pueblos más bonitos del país sirva para aumentar tu sabiduría aparte de tu perímetro abdominal y tu nivel de azúcar en sangre. 

Con un acervo cultural inabarcable en este artículo me limito a seleccionar algunas de sus tradiciones que me llamaron especialmente la atención:

-La tradición de la Moza de las Ánimas. Todos los días del año haga bueno o malo, con ola de frío o ciclón tropical (que el tiempo está muy loco) al anochecer una mujer acompañada de una esquila (para los de la ESO, una campana) emprende una ruta que comienza en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y recorre todo el pueblo. El repique y sus salmos, que siguen un protocolo inamovible por la tradición, sumerge al atónico espectador en una España en blanco y negro que pensaba desaparecida. La ruta está marcada en el plano que ofrece a los visitantes la Oficina de Turismo.

Moza de las Ánimas en acción

Hornacina de las Ánimas

-La fiesta del Marrano de San Antón. El 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, un marrano con una campana al cuello es bendecido y soltado en el pueblo donde corretea en libertad hasta el 17 de enero, festividad de San Antón, en el que es sorteado entre aquellos que compraron un boleto para la rifa. Si eres el agraciado de tan sustancioso premio y no tienes ni sitio para cobijar al gorrino ni agallas para convertirlo en chacina puedes canjearlo por un lote de productos de ibéricos que te dan procesado ya al animalito. Hasta ese día puedes coincidir con el marrano por las calles del pueblo, posibilidad cada vez menos frecuente por la dificultad de encontrar voluntarios que acepten la responsabilidad de sacarlo a pasear. Si no coincides con él puedes visitarlo en su casa detrás de la Ermita de San Blas.

¡Eso es todo, amigos!

¿Y si toca aquí?

-La receta del limón serrano. ¿Imaginas una ensalada compuesta por chorizo, cerdo ibérico, naranja, limón y huevo con vinagreta de aceite de oliva, vino tinto, ajo y yema? Yo no hasta llegar a La Alberca. El limón serrano es un plato popular, que con ligeras modificaciones se hace en casa y también se consume fuera, como en el Restaurante El Balcón dela Plaza. La propietaria de este local abierto hace veintiséis años me comenta que su padre lo hacía escabechado, que lo piden muchos vecinos y algunos turistas, asegurándose primero que estos últimos saben a lo que se enfrentan. Lo amas o lo odias, como todo en estos tiempos tan polarizados. Yo lo amé.

Limón serrano

Carta del restaurante

Y ahora vamos al lío:

Las turroneras

Sí, turroneras, en femenino, porque en La Alberca el turrón tiene nombre de mujer. Si en el artículo sobre Xixona apunté que antaño era un oficio con segregación de género, ocupándose las mujeres generalmente de los procesos de selección y primera manipulación de la materia prima y los hombres de la trasformación con maquinaria (un procedimiento común durante la Revolución Industrial) aquí, en La Alberca, la mujer domina todo el proceso hasta la venta. Por eso tradicionalmente se habla de turroneras y no de turroneros. En este viaje veo y trato con mujeres y ellas recuerdan a sus madres y abuelas traspasándose su saber de generación en generación manteniendo viva una tradición ancestral.

a) Los puestos de turrón. 

En la Plaza Mayor hay tres puestos de turrón: El de Toñi y Paula, en la esquina con la Calle El Puerto; el de Ana y Emi en la entrada de la Calle El Tablao; y situado entre estos dos, el de Antonio, frente a la Biblioteca Municipal, que no es productor sino solo vendedor. Las mujeres de estos puestos son familia, tías y sobrinas. Comparten incluso el mismo obrador pero elaboran sus propias recetas con autonomía. En estos puestos se puede adquirir legítimo turrón de La Alberca todo el año, porque aquí el producto carece de estacionalidad en la producción, venta y consumo. También encontrarás a las turroneras en ferias como las de Ciudad Rodrigo o Barco de Ávila y, por supuesto, en Salamanca, donde dicen que no llega la Navidad hasta que las turroneras de La Alberca montan sus puestos a finales de noviembre.  

Aunque compré en los dos puestos mi contacto más estrecho fue con el capitaneado por Toñi y Paula. En nuestras conversaciones nos acompañaba siempre un grupo de simpáticos y regordetes gorriones que hacían suyas todas las miguitas y trocitos de nueces que caían de la tabla al cortar turrón y que también pueden degustar los viandantes. Ellas son la tercera generación turronera de la familia Mancebo. Me dice que cuenta con clientes fijos de Madrid que solo compran turrón en su puesto y en la mítica Casa Mira. Vende su producto en La Alberca todo el año, en Salamanca en temporada, en ferias de otros pueblos y suministra a la centenaria Ultramarinos Cepeda de Santiago de Compostela. 

En el pasado hubo muchas más turroneras, llegaron a contarse por docenas. Pero este oficio no es inmune a los males que afectan a otras actividades artesanas. La falta de relevo generacional es lo que más destacan las afectadas, derivado de múltiples factores sobradamente conocidos como la despoblación rural, los sacrificios de la artesanía, la rigurosidad de la administración, la competencia industrial y, porque no decirlo, el legítimo deseo de tus hijos de cambiar de oficio por otro menos sacrificado o más afín a sus intereses. Lo que está en nuestras manos como consumidores es sustituir el turrón industrial por este producto con cara, nombre y apellidos y una calidad incuestionable.

Puesto de Toñi y Paula

Puesto de Ana y Emi

Hacha para cortar turrón

Gorriones adecentando el pavimento

El turrón que se elabora en la Alberca lo hace con escasas modificaciones respecto a como lo hacía antaño:  

-La cocina como lugar de producción ahora es sustituido por un espacio específico autorizado situado en las antiguas cuadras de la casa con todas las garantías y supervisiones sanitarias e higiénicas (medidas estrictas que provocaron que algunas turroneras abandonaran el oficio por no poder o saber adaptarse).

-La tradicional olla de cobre para la cocción (un elemento no específico para el turrón presente en la tienda Artesanía Hoyos-Calama o en la Casa Museo Sátur Juanela) es reemplazada por la de acero inoxidable. La leña para calentarla (recogida en el monte) a su vez por el fogón de gas butano.

-El molde para el reposo del turrón podía ser de cartón (rodeado con ladrillos para evitar que perdiera su forma al rellenarse) o mejor de madera si había disponibilidad (por ejemplo, el reutilizado del pescado) y ahora renovado por el de acero inoxidable. El papel de estraza para forrar turrón se sustituye ahora por oblea.

Vieja olla de cobre en Artesanía Hoyos-Calama

Peso de turronera en Casa Sátur Juanela

Para terminar, hablemos de las diferentes variedades de turrones y los imprescindibles:

-El duro de nueces, el primer turrón de La Alberca. Como el de almendra pero sustituyendo este fruto seco por nuez. A pesar de su aspecto es sorprendentemente dúctil. La nuez procede de Los Arribes (con la de California queda muy duro). El más característico se presenta en bloques de doce kilos cortados con hacha. También se ofrece en los formatos habituales para facilitar trasporte y almacenamiento. Disponible todo el año.  

-El turrón de nuez (igual que el anterior) pero presentado en torta con oblea, en mi caso de Ignacia Gil. Producto popular entre los vecinos que conviene encargar porque no suele ofrecerse a los de fuera por su fragilidad en el desplazamiento. La oblea es una institución en la historia de La Alberca con obradores y presencia en sus tradiciones y fiestas como pedidas, bodas y otros encuentros con familia y amigos. No es solo turrón, es pura etnografía.

-El duro de almendra que sustituye parte de la clara por extra de miel. El escudo de La Alberca tiene una rueca, un castaño y una colmena. No es casualidad, los excedentes de miel y nueces justifican la presencia del turrón en el municipio. En realidad, el turrón árabe era frutos secos, miel y azúcar. Este turrón, que se cuece a menor temperatura es pétreo, meloso y pegadizo al paladar, muy apreciado en Las Hurdes.

-Para finalizar los turrones más habituales: duro (también presentado en corona como en Castuera) blando, yema tostada, chocolate con almendras, guirlache, etcétera. A destacar por su papel en la historia de La Alberca, el de cacahuete, empleado antiguamente en épocas de escasez de almendra. Por último, señalar que estos puestos también ofrecen garrapiñadas, obleas, nueces, miel, polen y otros productos de la provincia. 

Bloques de turrón duro

Cortado y en otros formatos

b) La tienda.

El Pan Negro de Mariluz es la última parada (una forma de hablar porque en realidad me pasé los días saltando de turronera en turronera). Mari Luz, también hija y nieta de turroneras, podemos decir que se reenganchó al turrón, si es que alguna vez lo había dejado. Trabajó en el restaurante familiar hasta que cerró y decidió volver a sus orígenes, pero a lo grande con un local propio. En su pastelería con obrador encontramos los turrones de siempre y otros nuevos más atrevidos: castañas, tiramisú, galleta y cereza o el de jamón ibérico (que tuvo mucha resonancia) son alguna de sus opciones. Mi favorito el de guirlache con piñones que es simplemente maravilloso. Esta repostera como los buenos chefs es clara y trasparente, explica los diferentes procesos de elaboración, los ingredientes empleados y cada vez que regresas a la tienda te interroga para conocer tus impresiones.

Mari Luz cuando no está ocupada entre la atención del obrador y la venta al público es una mujer a la que le gusta conversar con el cliente. Me pregunta de dónde soy y cuando confieso que de Madrid muestra su sorpresa y alegría al ver el cada vez más turronerías en mi ciudad; por desgracia, me veo obligado a bajarla de la nube (en este caso boina de contaminación) para expresar mi preocupación por la proliferación de franquicias de turrón industrial y su intento de equiparse con el artesano porque, para ser honestos, para turrón, el que hace ella. También elabora toda clase de repostería tradicional incluido chocolate, del que habla como un hijo. A diferencia de los puestos de las turroneras el producto de Mari Luz puede comprarse en Internet.

Interior de la tienda

Sus variedades de turrón

c) Otros

En los puestos y tienda mencionados está asegurada la autenticidad del producto. En otros lugares no. Alguna tienda de recuerdos ofrece turrón con un etiquetado que insinúa un origen local pero que en realidad es foráneo, me dicen que posiblemente de Castuera, y puede que esté bueno, pero no es lo que crees estar comprando. Este no es solo un problema de La Alberca sino de todos los lugares turísticos donde se ofrece chocolate, pimentón o galletas del lugar cuando solo de este poseen la foto de la caja en que se empaquetan..

Tercera parada: Mogarraz 

Aseguran que el Restaurante Mirasierra puede sorprenderme con algún postre con turrón. Llamo para confirmar y reservar. Puedo llegar hasta Mogarraz en el bus de Salamanca pero acudo dando una agradable caminata solo para disfrutar del paisaje, no porque considere necesario bajar el turrón de castaña que cené la noche anterior. Una agradable travesía a través del Camino de las Raíces, GR-10 y Camino del Agua me lleva al destino. Mogarraz es sobrecogedoramente bonito, súmales a todos los atractivos de estos pueblos serranos los ochocientos retratos de sus vecinos con lo que ha vestido sus muros el pintor Florencio Maíllo. Si te gusta tanto como a mí recomiendo comprar el álbum de cromos del proyecto en la librería del pueblo. En el restaurante las tradicionales patatas meneás y un bombón de turrón de La Alberca con helado de vainilla y harina de almendra. Pueblo y restaurante para repetir. 

GR-10

Mogarraz

Bombón de turrón con helado de vainilla y harina de almendra

Toda mi vida renegando de la Navidad y sus tradiciones: la lotería, el aguinaldo, las doce uvas, los villancicos,  Vigo y resulta que no era del todo así. A mi manera seguía una tradición propia que absorbía toda mi atención, consumía con dulce devoción y no dejaba espacio para ninguna otra: el turrón, en todas sus formas y variedades, al que añado ahora también la inolvidable experiencia de conocer los municipios que lo fabrican y a los artesanos y  profesionales que dedican su vida a elaborarlos.

Nos vemos el año que viene en Castuera, o Casinos, o Fregenal de la Sierra, o allí donde el turrón me lleve.

Quién quiere Ferrero Rocher teniendo esto