jueves, 29 de febrero de 2024

San Sebastián: pastelerías y sus especialidades

Para mí la Bella Easo es sinónimo de dulce y no me refiero a las magdalenas industriales del mismo nombre sino a la excelente pastelería de San Sebastián. La afición por la confitería en toda la costa guipuzcoana, las excelentes materias primas locales, la influencia de la cercana repostería francesa, la protección del pequeño comercio de la ciudad y la histórica predilección de donostiarras y visitantes ilustres por la producción artesanal de calidad se alinearon para convertir a San Sebastián en un referente y visita obligada para cualquier goloso.

Paso a destacar mis confiterías favoritas y mi recomendación en cada una de ellas. Una advertencia previa, al igual que ocurre con las famosas tapas la excelente confitería donostiarra hay que pagarla. Aquí se trabaja con mantequilla y los mejores productos. Avisado quedas si esperas encontrar ofertas de tres cruasanes por 1,50 o un 3x2 en berlinas rellenas de crema. Si eres de los que racaneas para comer pero luego haces algo tan absurdo como pagar por ver el fútbol propongo que canceles un mes de suscripción para invertirlo en hacer esta dulce ruta de fin de semana o bien, que no continúes leyendo. Ahora bien, si lo haces lo agradecerá tu estómago, tu cerebro y tu índice glucémico.


Pastelería Otaegui y sus pantxinetas

El colmo de una pastelería es crear el dulce típico de su ciudad. A Otaegui le debemos la invención de la pantxineta: pastel de hojaldre relleno de crema pastelera cubierto de almendrado. Hoy este dulce puede encontrarse en la mayoría de las pastelerías donostiarras pero el de Otaegui es el original.

Este postre está fuertemente arraigado en la ciudad y es motivo de un dulce debate sobre si debe servirse frío o caliente para apreciar mejor su estupenda crema. Por fortuna para Ciudadanos esta discusión todavía no se ha politizado porque sin encuestas publicadas sobre el tema no tendrían manera de posicionarse oficialmente. 

El origen de esta pastelería se remonta a 1886 cuando Pedro Otaegui y Emilia Malcorra montaron este negocio coincidiendo con el traslado de la corte veraniega a San Sebastián. Pronto se convirtieron en proveedores de la Casa Real. Hoy tiene el honor de ser la pastelería más antigua de la ciudad.

En la actualidad Otaegui tiene problemas financieros que amenazan su supervivencia. Si eres donostiarra desde mi punto de vista tienes dos opciones: puedes esperar al cierre para retuitear indignado que la ciudad pierde otro negocio tradicional o tener una actitud activa y convertirte en cliente, porque solo de palabras no sobrevive el comercio. 


 Pantxineta

Funciona con pesetas

Calle de Narrica, 15
200003 San Sebastián/Donostia
Dispone de otras sucursales en la ciudad

Pastelería Izar y sus herraduras

Abierta en San Sebastián por Hortensia Izar de la Fuente en 1949. En la actualidad el obrador se encuentra en un polígono del barrio de Martutene donde los hermanos Martín sacan el producto que se expone profusamente en su tienda de toda la vida de la céntrica calle Mayor. Un escaparate que es una delicia contemplativa para cualquier goloso y a buen seguro si el Monte Igueldo reabriera el viejo zoo apuesto que sus osos se liberarían de sus jaulas para asaltarlo a zarpazos.

Izar es conocida por sus hojaldres de mantequilla y pasteles de crema cocida. Destaco la alpargata donostiarra (sólo hojaldre), el gorbea (milhojas de hojaldre, crema y nata), el milhojas de merengue (bloque de hojaldre cubierto de merengue), el pastel vasco (bizcocho de almendra relleno con crema cocida), el príncipe (canutillo de teja relleno de trufa) y la especialidad de la casa, la herradura, una delicia de hojaldre de mantequilla, crema cocida y almendra picada con la forma que le da nombre.

 Herradura

La perdición de un goloso

Pastelería Izar
Calle Mayor, 2
20003 San Sebastián/Donostia

CERRADO EN 2019

Pastelería Oiartzun y sus cruasanes de chocolate

Fundada en 1972 por Manuel Martín en el pueblo del mismo nombre. Antes de abrir su propio negocio Manolo fue encargado de la Cafetería Dover en la calle Loyola de San Sebastián. No fue hasta 1987 cuando volvió a la capital con “Pastelería Oiartzun” y con ella sus afamadas trufas y cruasanes. Con esa especialidad a nadie le debería sorprender que su fuerte sea el cruasán de chocolate: espectacular hojaldrado de mantequilla, relleno con una barrita sólida de chocolate negro “Valrhona” y en el exterior baño del mismo chocolate sobre las puntas. Después de descubrir lo que es un cruasán de verdad abrirás una petición en “Change.org” para que llamen de otra forma al de Granier porque definitivamente bajo el mismo nombre no pueden coexistir dos productos tan diferentes.


 Con Santa María de fondo

Cruasán de chocolate

Calle de Igentea, 2
20003 San Sebastián/Donostia
Dispone también de una heladería

Pastelería Barrenetxe y sus txintxorros

En la concurrida Plaza de Guipúzcoa un reloj floral y otro grabado en mármol recuerdan a los transeúntes que salvo que te llames Jordi Hurtado el tiempo se nos escapa y que aparte de las letras de la hipoteca sólo perviven las tradiciones. Héctor y Rosa debieron de pensar lo mismo cuando eligieron esta plaza el verano de 1993 como el lugar idóneo para que una familia pastelera como Barrenetxe, que se remonta a 1699 en la localidad navarra de Zugarramurdi, abriera su nuevo negocio en la capital. 

Esta pastelería que muestra orgullosa un cartel en el que renuncia al uso de conservantes y grasa de palma tiene como especialidad el txintxorro. Este bizcocho de almendra con naranja adornado con almendra crocante debe su nombre a su forma de barca. Si tu médico, dietista o gurú energético boicotea la ingesta del tirón de medio kilo de esta contundente delicia puedes pedir el formato individual con aspecto de magdalena o seguir un sabio consejo: saborea la vida porque es breve pero puede ser muy dulce.


 Caja metálica para regalo

Txintxorro

Pastelería Barrenetxe
Plaza de Guipúzcoa, 9
20004 San Sebastián/Donostia
Dispone de varias tiendas en la ciudad

CERRADO EN 2019

Pastelería Aguirre y sus brioches

Una de las últimas en llegar a la ciudad pero no por ello carente de historia, tradición y especialidades. Esta pastelería la fundó Ángel Aguirre y su mujer en 1940. Cuando se jubiló sin descendencia legó la misma a su discípulo Luis Iriarte que trabajó en el obrador con él desde niño. Hoy la familia Iriarte sigue al frente de esta pastelería que aseguran frecuentaba el célebre cantante y actor irundarra Luis Mariano. Desde 2010 cuenta con un despacho de venta en el exclusivo Boulevard de San Sebastián.

Entre sus productos destacamos milhojas, pastas, pasteles y las “opilas”, un dulce al estilo de las monas de Pascua que las madrinas regalan a sus ahijados el 25 de abril. Su gran especialidad sin embargo son sus maravillosos brioches, que venden por raciones y también enteros de tres, cuatro y hasta cinco picos. Son tan buenos que si María Antonieta hubiera ofrecido éstos a falta de pan al hambriento pueblo francés a buen seguro hubiera conservado la cabeza sobre sus hombros.


Brioche de tres picos
 
Tarjeta de Pastelería Aguirre

Calle Garibai, 1
20004 San Sebastián/Donostia

Pastelería Pariés y sus pasteles vascos

Los caminos del Señor son inescrutables. Jacques Damestoy era un joven destinado a ser agricultor hasta que unas fiebres tifoideas le dejaron demasiado perjudicado para las duras tareas del campo. Encaminó entonces sus pasos al noble trabajo de encender farolas hasta que se descalabró cayendo desde lo alto de la escalera. Pero quiso la suerte que aquella caída fuera a los pies de la dueña de una chocolatería que se apiadó de aquel joven al que parecía haber mirado un tuerto ofreciéndole trabajo en su obrador y enseñándole un nuevo y más dulce oficio en su local, germen de la actual Pastelería Pariès.

Mi descubrimiento de la Pastelería Pariès no fue tan accidentado como la vida de Jacques pero sí fruto de la misma casualidad que le llevó hasta ella ya que en mi visita a Donostia me alojé junto a la sucursal que tienen en esta ciudad. No tuve necesidad de ir a la sede de Bayona para probar sus especialidades: kanougas (caramelos blandos ideados por Jacques), mouchou (bocado de almendra creación de la casa) y, por supuesto, el famoso pastel vasco, una masa quebrada de mantequilla con relleno, que en la parte francesa prefieren de cereza y a este lado gusta más con crema.

Pastel vasco de Pariès

No se pierdan el cruasán de almendra

Plaza de Euskadi, 1
20002 San Sebastián/Donostia

Pastelería Geltoki y su tarta ondarreta

Acudo a la modernista Casa Bautista Uranga ubicada en el 61 de la Calle Easo para testar otro clásico dulce donostiarra. Una entrada coronada por hojas de acanto y ramos de girasoles me introduce en el jardín de las delicias. En su interior la pastelería de Carmen Echave y José María Pikabea, dos reposteros procedentes de la desaparecida Panadería Echave que abandonaron el nido en 1988 para abrir la Pastelería Geltoki, primero en el 63, y desde 1997 en el número actual. Su especialidad: la tarta ondarreta, un bizcocho de mantequilla y harina de almendra que deja en muy mal lugar al que haces en casa con medidas de un recipiente de yogur. Mi opción favorita para recabar energía cuando me subo al "topo" de Amara para hacer la procesión hasta Bilbao.

Su chaflán modernista
 
Tarta Ondarreta

Calle Easo, 61
28006 San Sebastián/Donostia

Casa Aramendia y sus inglesitos

Casa Aramendia nace con el nuevo siglo en Rentería. En 2013 adquiere seis locales de Pastelerías Rich en Donosti así como la receta de sus ingleses. Estos tienen su origen en el asedio anglo-portugués de 1813 cuando la carestía obligó al donostiarra a elaborar dulces con pan duro. No sabemos si esto es una leyenda, pero sí está documentado que Rich los producía y al menos en su inicio usaba restos de bollería. Tras su cierre la nueva propiedad mantuvo el producto a la venta con el nuevo nombre de inglesitos.

Para elaborar los actuales emplean un bollo específico para la receta (la legislación no permite usar restos) que amasan con almíbar y harina de almendra, luego cortan en porciones y cubren con azúcar antes de hornear. Los clientes habituales que conocieron los ingleses de Rich debaten sobre si el sabor de los actuales es fiel al original. No sé cómo serían aquellos pero los inglesitos de Casa Aramendia tienen mucho de dulce antiguo, como salidos de un recetario escrito a pluma sobre hojas amarillentas. Patrimonio de Donosti no apto para los paladares más finolis.

Inglesitos

Rich fue pionero en la distribución

Once tiendas en la ciudad


¡Mosquis! Por fin una ruta hecha a mi medida...

Publicado en 2018 y actualizado.

No hay comentarios: