martes, 20 de octubre de 2015

Taberna Breogán (Madrid)

Martín de los Heros es la calle más cinéfila de Madrid. En sus números bajos y en apenas unos metros localizas dos cines de versión original (Golem y Renoir), una librería especializada en cine (Ocho y Medio) y sobre el pavimento, como si de un castizo paseo de la fama se tratara, encontramos estrellas de actores y directores españoles. Alrededor de esta oferta para amantes del séptimo arte se ubican algunos establecimientos para tomar algo a la salida del cine. Entre todos ninguno tan popular como el popular Café de las Estrellas donde encontrarás dos grupos de clientes bien diferenciados:  los que a pie de barra elogian la excelente fotografía del último pestiño del iraní Majid Majidi y, por otro lado, aquellos que lograron pillar mesa porque salieron de la sala de cine pasadas las primeras dos horas de proyección.

En este ambiente monotemático pasa desapercibida la Taberna Breogán. Me animé a entrar por los positivos comentarios en Internet sobre su tortilla en "El Mundo" (otra cagada del diario y van...). A primera vista ninguna referencia al mundo del cine: una tasca descuidada más. Al entrar es cuando descubres que ninguna tiene tantas referencias cinematográficas como la Taberna Breogán. La comida amontonada en la barra en inverosímil equilibrio tiene una brutal semejanza con la barrera de contención que construyen los espartanos en “300” a base de persas fileteados (ahí adquiere sentido la frase de Leónidas “¡Hoy cenamos en el infierno!”); sus baños son humedales de loza desgastada, azulejos desprendidos y olor nauseabundo tan aterradores como el de “Saw” (aunque tú no aguantarías tanto tiempo encerrado en éstos); y la acartonada e infinitamente utilizada servilleta roja de papel de la cesta del pan podría ser un claro homenaje al forro de la capa de Belá Lugosi (la misma con la que fue enterrado).

¿La tortilla? Quedó en el plato. Por todo lo expuesto confío en que el único consumidor interesado en ella sea un inspector de Sanidad.

Taberna Breogán 
 
Tortilla de la Taberna Breogán
 
 Baño de la película "Saw"

Taberna Breogán
Calle Martín de los Heros, 5
28008 Madrid

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Actualización 26/10/2016

THE END. Cerrado

viernes, 16 de octubre de 2015

Kiosco Amalia (Almería)


Muchas mujeres prefieren a los “tipos duros” a pesar de que las autoridades sanitarias advierten que perjudican seriamente la salud. Ninguno de ellos pide una horchata en la barra de un bar. Cuando descubrí comentarios en Internet asegurando que el más duro entre los duros, el mismísimo ClintEastwood, durante sus rodajes almerienses de los sesenta (en los que interpretaba a pistoleros con aspecto de comer melocotones sin escupir el hueso) frecuentaba un kiosco con granizados y horchatas, me pregunté si sería verdad y si tan aguerrido ejemplar habría probado este refresco valenciano. De ser así era una buena oportunidad para añadir una bebida no alcohólica a la lista de brebajes cinematográficos solo aptas para machos alfa como el Champagne cocktail, el Moloko Plus y por supuesto, el archiconocido Martini con vodka (agitado, no mezclado).

Situado en su actual ubicación desde 1917 la historia del Kiosco Amalia se remonta a un cuarto de siglo antes. Muy popular entre los almerienses este centenario local ofrece helados, granizados y horchatas además de especialidades alcohólicas como americanos, jabegas y quemaíllos. Acudo caracterizado para la ocasión con sombrero, poncho y puro al estilo spaghetti western y ya en la barra pido una horchata…. ¡doble! Aquí la elaboran con chufa de Alboraya pero para mi gusto es demasiado dulzona. El amable propietario, que afirma conocer el mito sobre Clint Eastwood y su kiosco, me asegura que por desgracia no es cierta y que ese honor es probable que sí lo tuvieran otros establecimientos con más caché en la época como el antiguo local del cercano Rincón de Juan Pedro, parada habitual de la gente del cine en aquellos años dorados. Al conocer la noticia casi se me caen las pistolas… afortunadamente las había comprado con el resto de la indumentaria en un chino.

 "Vaquero, tengo limonada recién hecha..."
  
Un vaso de horchata en Almería
  
Kiosco Amalia
   
Plaza Manuel Pérez García
04003 Almería

Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa  
 

jueves, 15 de octubre de 2015

Restaurante San Ignacio (Pamplona/Iruña)

En Pamplona encontramos un buen número de restaurantes ubicados en un primer piso y a los que se accede por un portal común (como Amóstegui, Sarasate…). En Madrid salvo algunas casas regionales  conozco pocos casos  con esa curiosa ubicación. Hay distintas versiones sobre la causa de esta inusual concentración de fogones de altos vuelos: que antaño el alquiler de una vivienda fuera menor, que las plantas bajas se reservaran a comercios con escaparate, que hubiera permisividad por parte del Ayuntamiento… Yo creo que era sólo una cuestión de orden: si un cliente pasado de vinos se ponía pesadito con el Riau-riau se le serenaba advirtiéndole que aún estaba a tiempo de abandonar el local por su propio pie… o a través de la ventana.

El Restaurante San Ignacio tiene las miras aún más altas porque no está en una primera plana sino en una segunda. Nuntxi Moreno, una de sus dueñas me apunta que es el único de la ciudad en tan elevada situación y que sólo conoció otro ubicado así: la donostiarra Casa Nicolasa en el barrio de la Bretxa, ya cerrado por jubilación desde 2010. La razón de esta situación es que, en origen, era una fonda. Me dice Nuntxi que antaño ocupaba también la planta tercera y que servía comidas a sus huéspedes. Con el paso de los años el comedor fue ganando terreno a las habitaciones hasta que en 1992 pasó a ser sólo restaurante.

En la distribución y decoración del restaurante no quedan restos de la vieja fonda pero el sabor, sencillez y calidad de sus platos te transportarán a los viejos comedores de estos establecimientos (tantas veces retratados en las viejas novelas de posguerra) que ofrecían a sus huéspedes cocina casera. Si vas justito de dinero su menú entre semana ofrece tentadoras opciones con productos de la tierra como pochas de Navarra con piparras, pimientos del piquillo fritos en sartén (los mejores que he probado), higaditos y lechezuelas de cordero etc., por 22 euros, IVA no incluido (que manía la de no incluirlo en el precio final). El menú incluye pan, bebida y postre (te recomiendo su ligerísima tarta de queso casera).

Además si te pega fuerte el vino puedes bajar las dos plantas en ascensor…

 
Ubicado en una segunda planta

 
Comedor de Restaurante San Ignacio

Pochas de Navarra 
Avenida San Ignacio, 4, 2º Piso
31002 Pamplona/Iruña

jueves, 1 de octubre de 2015

Panadería Abelleira (Pontevedra)

No soy muy amigo de los ambientadores en el hogar. Actualmente se pueden encontrar en el mercado decenas de fragancias, algunas como las de toda la vida y algunas más osadas como, por ejemplo, a mojito, chicle de fresa, tierra mojada u ositos de gominola, que en general me parecen tan artificiales como su composición. En EE UU, que van a la cabeza de todo lo que sea suplantar la realidad por sucedáneo y pagar por ello, una empresa ha patentado la fragancia a guante de béisbol usado, lo que vendría a ser la versión yanqui del efluvio a calcetín de futbolista usado en España. Para mí las fragancias perfectas son aquellas que desprende una buena cocina: un guiso en la lumbre, las especias, el café y por encima de todos ellos el pan recién hecho. Algún fabricante lo ha intentado reproducir pero hay cosas que ni el más moderno laboratorio logrará reproducir jamás.

Recientemente, en la Praza da Pedreira un irresistible aroma a pan recién horneado (del de verdad, sin bencenos) me transportó hasta un obrador. Imposible resistirse a tan tentador aroma y no asomar la nariz por la puerta y preguntarle al panadero de qué año era el obrador y dónde tenían la tienda: 1880 y a la vuelta de la esquina. Y el destino era un paraíso de bizcochos, bicas, tartas de almendras y por supuesto pan en múltiples variedades: estilo gramado o Viena, de centeno o soja, en barra o “bollita”… todos elaborados en horno de leña con lastre de piedra. Aunque la visión del pan resultaba tan lujuriosa como su aroma yo me decidí por una “rosca” (roscón de reyes) que elaboran todo el año y se vende circular o trenzada. Fue mi delicioso desayuno una semana y el último día estaba tan fresco como el primero, la “prueba del nueve” de que era artesano. Haz la misma prueba con uno de esos del Granier que pasadas 24 horas no vale ni para comida de “gochos”.

Una grata sorpresa para mis sentidos.

Rosca con forma trenzada
 
Obrador, antes también tienda y casa familiar
 
Nueva tienda de Panadería Abelleira
 
Panadería Abelleira

Hornos:

Calle Pedreira, 8
Calle Arcos de San Bartolomé, 21
36002 Pontevedra 

Despacho:

Calle Sarmiento, 23
36002 Pontevedra