miércoles, 1 de julio de 2015

Duros de pelar


Este título no es una referencia al desafortunado himno“choni” (innecesariamente recuperado para la publicidad) sino un homenaje a los actores del cine de mamporros de nuestra juventud. Los Lundgren, Dudikoff, Norris o Stallone nos enseñaron el camino para reducir a los agentes de la KGB, los ninjas, robots y alienígenas que amenazarían nuestro futuro. Conocimiento un tanto infructuoso porque jamás en nuestra vida adulta tuvimos que enfrentarnos a semejantes peligros. Para desgracia de muchos de nosotros la administración Reagan nunca nos preparó para reducir al verdadero enemigo: el adolescente encolerizado que patea tu vitrina del salón porque no le subes la paga.

La imagen pertenece a un cartel exterior de un restaurante que ofrece paellas en la madrileña calle de Alcalá. El distrito Centro, especialmente las inmediaciones de la Puerta del Sol, tiene una gran oferta de gastronomía “typical spanish” dirigida a turistas que buscan emociones fuertes: boquerones en vinagre parcialmente refrigerados, sangrías con vino D.O. “Tetra Brik”, churros con sabor a chistorra, etc., pero nada tan peligroso como estas cigalas macarras que se enfrentan dentro de una paellera que está más caliente que el cenicero de José Luis Garci. Si pides una tendrás que esperar primero a que estos crustáceos resuelvan sus diferencias. Luego deberás colaborar en la eliminación de las pruebas del delito. Aún así, créeme, siempre será mejor que enfrentarte a un Paellador… ¿o no?

Cigalas montando un pollo (es sólo una manera de hablar)

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