jueves, 2 de julio de 2015

León de tapas (II)

ESPECIAL TAPAS DE LEÓN: Crónicas cazurras (II) 

Bar El Vestuario

Calle Matasiete, 6
Barrio Húmedo

Si estás obligado a estrenar ese chándal que te compraron por el Día del Padre éste es tu lugar para hacerlo. El Vestuario es un bar ligado al deporte. Su primer propietario fue Héctor Castresana, carismático jugador de balonmano muy querido en la ciudad a partes iguales por sus éxitos con el Ademar y por su rivalidad con el eterno rival: “Ficharía por el Valladolid, para descenderles”, ahí un leonés de pura cepa. El actual propietario mantiene la vinculación deportiva conservando un pequeño altar con fotografías de héroes del deporte leonés: el futbolista Juan Carlos Rodríguez, el boxeador Héctor Moreira, etc. Dispone de cuatro tapas a elegir para acompañar a la consumición: pan tumaca, tosta de morcilla Matachana, tosta de queso Valdeón y sopa de ajo, perfecta ésta última para entrar en calor sin necesidad de ejercitar. 

Consumición y tapa: 1,20 euros
   
Tapa de sopas de ajo con el mosto

Interior de Bar El Vestuario
 
Bar La Alpargata
Calle de la Azabachería, 6
Barrio Húmedo

Fernando lleva con una sonrisa dieciocho años al frente de este bar en el Húmedo sirviendo pinchos, raciones y unas tostas llamadas “alpargatas”, que recuerda por su forma al modesto calzado y que da nombre al local. Entre sus tapas destaca la oreja guisada, los garbanzos con callos y el caldo de jamón, que pondrán a prueba tu resistencia cardiovascular. En verano puedes depurar los excesos de ocho meses de duro invierno con la tapa de gazpacho, que sirven cada vez que aprieta la canícula (a partir de veinte grados para un leonés). Si no eres cargo electo puedes atreverte con tapas políticamente incorrectas como los “cojonudos” (huevos de perdiz a la plancha) y las “mariconadas” (pan con atún y mayonesa).

Consumición y tapa: 1,20 euros
  
Su muy demandada tapa de oreja guisada

Rótulo de Bar La Alpargata
 
Cafetería Las Torres
Calle Burgo Nuevo, 58
Barrio Ensanche
 


Su nombre hace referencia a las torres góticas de la Catedral. Está cafetería es un clásico del tapeo leonés. El local lleva abierto desde mediados de los setenta y Eusebio, su actual propietario, está al frente del mismo desde 1981. Su decoración se mantiene fiel a aquellos años. La generación nacida en la década de los pantalones de campana, los flecos y el ante experimentará en “Las Torres” toda una experiencia regresiva hacia su niñez que no tiene que ser traumática a menos que a ti también te dejaran jugar con “Quimicefa” sin la supervisión de un adulto.

La tapa por la que es conocida la cafetería son sus patatas, que depende quién las pida o sirva son rebautizadas como bravas o alioli. En realidad se parecen mucho a las bravas con alioli que sirven en algunos locales de Barcelona, de ahí la falta de unanimidad en su denominación y la confusión a la que se prestan. Su éxito es tal que no es infrecuente entre los vecinos pedir una ración para llevar a casa. Yo prefiero probarlas gratis con la consumición y pasar al siguiente bar de la lista.

Consumición y tapa: 1,20 euros

Sus famosa tapa de patatas

Interior descuidadamente "setentero" de Cafetería Las Torres
 
Mona Lisa Vinatería
Plaza Torres de Omaña, 6
Barrio Romántico

Reconozco mi predilección por los bares “buenos, feos y baratos” de toda la vida. La ciudad de León todavía mantiene muchos de éstos templos nostálgicos porque el leonés tiene las prioridades muy claras en cuanto a tascas: lo que alegre la vista no debe ser nunca la decoración sino la tapa. Tanto es así que algunos viejos locales son traspasados tal cual, con barra de aluminio, suelo embaldosado y calendario de “La Bombi” del 84 incluido. Para qué cambiar lo que funciona.

Algunos emprendedores, en cambio, apuestan por ofrecer nuevos ambientes sin afectar a lo esencial, el buen yantar. No me sentiré amenazado por estos locales mientras puedan convivir con los de toda la vida, mantengan la filosofía de la tapa leonesa y no se conviertan en franquicias. Uno de éstos es Monalisa Vinatería, que llegó hace cuatro años, y parece que para quedarse. Monalisa es un local amplio, elegante y moderno al estilo “gastrobar” tan de moda ahora en España.

Pero vamos a lo esencial, sus tapas. Ahí todo nos resulta agradablemente familiar y tradicional. Con la consumición podemos elegir entre el bocadillo de chorizo a la plancha, la paloma de ensaladilla, la tosta de morcilla o el sándwich mixto. Mención especial merece su bocadillo de calamares, que viene a ser la mitad de lo que te sirven en El Brillante de Madrid pero por el precio de la consumición y que si eres también madrileño te hará sentir como en la mismísima Plaza Mayor pero con el bolsillo mucho menos dolorido.

Por cierto, también disponen de desayunos entre semana.

Como anécdota os contaré que en mi última visita mientras daba buena cuenta del bocadillo de calamares resonaba en el local esta canción:

"Tu mirada me hace grande y que estemos los dos solos
dando tumbos por Madrid sin nada que decir
Porque nada es importante cuando hacemos
los recuerdos por las calles de Madrid” 

Los ojos se me empañaron de lágrimas y casi pude sentir la familiar sensación del dióxido de carbono entrando en mis pulmones...

Consumición y tapa: 1,30 euros

Tapa de bocadillo de calamares

Detalle exterior de Monalisa Vinatería


-------------------------------------
Actualización 30/08/2019

En su lugar ahora hay otro local con tapa de tortilla llamado "El gallinero". 



Localización en mapa de los bares de tapas incluidos en la sección ESPECIAL TAPAS DE LEÓN: Crónicas cazurras
 

No hay comentarios: