Bar de tapas con tres generaciones a sus espaldas. Cuando
entras en el pequeño local su decoración de frisos de madera te hace retroceder
por lo menos cuarenta años, incluso sufrí un espejismo al creer ver en la
barra al mismísimo Marqués de Villaverde bebiendo una botella de güisqui a
morro minutos antes de trasplantarle el corazón a un pobre desgraciado... Buena selección de
tapas: pelotillas picantes, buñuelos de bacalao, tigres y pimientos rellenos, entre
otras. La especialidad son los morritos de cerdo a sólo ochenta céntimos la unidad.
Salvo las croquetas, que me dejaron un tanto indiferente, todo lo que probé
estaba muy bueno. Trato agradable y precios sin competencia.
Fachada de Bar Charly en El Laurel
Bar Charly
Travesía del Laurel, 2
26001 Logroño
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