viernes, 6 de junio de 2014

Confitería Cervantes (Alcalá de Henares)

Alcalá de Henares está ligada a la figura de Miguel de Cervantes pero no hay prueba verosímil de que pisara alguna vez la ciudad. La imposibilidad de precisar el lugar de nacimiento del autor de “El Quijote” no impide que se amontonen testimonios sobre el escritor y su obra en la ciudad: topónimos en calles y plazas, rotulaciones en comercios, placas, monumentos y una aventurada simulación de lo que habría sido su casa natal. Tampoco faltan homenajes en la gastronomía local como el genuino “helado de vainilla cervantina”, ingrediente de origen americano tan popular en los fogones del Henares en el siglo XVI como el maní y el wasabi...

La Confitería Tradicional Cervantes es heredera de alguna manera de la Pastelería Salinas, fundada en 1846. En mis visitas a la bonita ciudad universitaria nunca faltaba entrar en esta confitería centenaria. Por desgracia, en el 2012 encontré el cierre bajado. Los vecinos culparon a los nuevos dueños del cierre de un negocio que era patrimonio de la ciudad. Algunos de sus empleados abrieron tiempo después la Confitería Tradicional Cervantes. Entre sus especialidades destaco las “rosquillas de Alcalá”, variante en hojaldre de las “rosquillas listas”, que puedes encontrar por toda la ciudad pero que aquí son de verdad.

 Confitería Tradicional Cervantes en la porticada calle Mayor

 Rosquillas de Alcalá con su característico color naranja

Calle Mayor, 33
28801 Alcalá de Henares (Madrid)

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Actualización 26/05/2016

Réquiem por la rosquilla de Alcalá...



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Actualización 14/09/2023

En 2019 reabrió la Pastelería Salinas. Los nuevos responsables mantienen el continente pero no el contenido: horno, recetas y productos son muy diferentes. 



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertamente, quienes conocemos de "buena tinta" el desarrollo y final de Salinas, y el nacimiento de la Confitería Tradicional Cervantes, podemos asegurar que son sus únicos herederos, por varias razones, la primera es que de todos los empleados que existían en el momento del cierre, los únicos que siguen activos fundaron esta confitería, la segunda es que el maestro pastelero, que lo fue durante más de 40 años en Salinas pasó sus recetas y sapiencia, a sus hijas que ya formaban parte de Salinas y hoy son las que siguen al pié del cañón, la tercera es que la clientela de toda la vida sigue fiel a esta pastelería, porque su cariño hacia el oficio es único.