miércoles, 11 de junio de 2014

Fonty (Madrid)

La idea extendida de que el cruasán lo inventaron los franceses es tan falsa como el video de la autopsia alienígena en el “Área 51” que circula por internet. Este bollo de hojaldre, levadura y mantequilla se lo debemos a la exquisita pastelería vienesa. El cruasán que se puede encontrar en la capital de España es por lo general mediocre. En muchas pastelerías usan una masa común para elaborar suizos, roscones, medias noches y otras especialidades de bollería y en su composición la misma ausencia de mantequilla que en los “Martínez” del súper, es sólo la forma la que determina su nombre, si ésta es de cangrejo lo llaman cruasán. Si éste es tu desayuno habitual te aconsejo remojarlos en un buen tazón con “Danacol” para mitigar el efecto de las perniciosas grasas vegetales hidrogenadas sobre tu organismo.

En mí infructuosa búsqueda del cruasán perfecto en Madrid descubrí este obrador que se presenta en su Web como “pastelería francesa de alta gama”. No siento entusiasmo por las pastelerías pijas, no me dejo embaucar por su refinamiento, buen servicio y aún menos por las alabanzas de la crítica... por ejemplo, todo eso lo tiene Pomme Sucre, en Chueca, y su cruasán me parece insustancial. El de Fonty me gustó mucho más: costra con el tono de cocción justo, interior con laminado sublime y lo más importante, potente sabor a mantequilla. La pega es que estando bueno no acaba de enamorarme, no siento la necesidad de atragantarme a cruasanes, a pesar de su pequeño tamaño. Lo mismo me sucede con otros productos de esta pastelería. Es difícil de explicar. Esa falta de magia debe ser eso que sienten las tías cuando afirman que sólo te ven como amigo...


Destaca en su decoración el suelo hidráulico
        
 
 En primer término el cruasán
 
Tarjeta de la pastelería francesa Fonty

Calle Castelló, 12
28001 Madrid

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Actualización 27/08/2019

Cerrado. 

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