martes, 26 de abril de 2016

Patatas a la implosión


Un hongo en las patatas causó en la Irlanda de mediados del siglo una gran hambruna que dejó al país casi sin población pues los que no fenecieron víctimas del hambre huían del país como un telespectador ante un tercer debate de investidura. La Isla Esmeralda quedó tan vacía que bien podría haberse postulado para una edición de “La isla de los famosos”. Hoy en día la ciencia no ha erradicado por completo la enfermedad y la plaga se reproduce de vez en cuando arruinando plantaciones de patatas en todo el mundo. El Capitán Triglicérido cree haber encontrado en un comercio de Toledo pruebas irrefutables de una desconcertante nueva mutación que amenaza con cambiar los usos y costumbres gastronómicas relacionadas con este tubérculo.

Esta mutación hace que la patata en cuestión comience a hincharse hasta que explota como un cajero de la Kutxa tras una manifestación. No está demostrado que la patata implosionada sea apta para consumo humano pero parece que algunos no han esperado al informe de Sanidad para aprovechar el poco atractivo resultado para sepultarlo bajo una amalgama de productos variados salidos de la mente del creativo de la Pizzalada y la Burgerpizza tras un exceso de exposición solar. Una buena noticia para los torpes con el vaciador de patatas y no tan buena para los amantes de las patatas rellenas.



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