Este edificio de estilo
historicista fue inaugurado en 1887 y es obra de Mariano Medarde de la Fuente,
autor también de otro mercado tradicional, el gijonés Mercado del Sur del que
nos ocuparemos próximamente. En todo este tiempo el mercado alcarreño se ha
renovado en varias ocasiones, la última y muy polémica vez en 1998 cuando entre
otras modificaciones se añadió la rampa acristalada exterior que comunica las
tres plantas entre las que se distribuye unas dos docenas de comercios. En las
dos primeras que cuentan acceso directo desde la calle se encuentran diferentes
puestos y la última acoge el conocido como “mercado de hortelanos”.
Este “mercado de
hortelanos” es, quizás lo más interesante de este mercado. En él, agricultores
de la provincia venden sus frutas, verduras y hortalizas además de una
extraordinaria variedad de plantas para poder plantarlos en tu propia huerta
(en el caso de que dispongas de una, o como mínimo de un pedazo de terraza
donde te quepa algo más que un tiesto): pimientos, puerros, berenjenas,
tomates, sandías o melón, entre otros. Su mayor actividad se concentra entre el
puente de San José y mediados de junio. A estas alturas del verano todavía
podrás encontrar coliflor, repollo y brócoli. Esta actividad esta en vías de
desaparición ya que han pasado de los treinta puestos que llegó a tener a sólo
tres. Apresúrate a visitarlo porque a menos que los adolescentes sustituyan la
plantación de “maría” por cebolletas es muy probable que desaparezca en un
futuro próximo.
La verdad es que lo primero que sorprende al entrar en el mercado es su estado
de abandono. Solo ocho puestos sobreviven diseminados en las dos primeras
plantas. Alguna frutería, carnicerías, variantes y poco más. De hecho, carece
de pescadería. Bien es cierto que Guadalajara no es puerto de mar pero en un
mercado de abastos municipal cabría pensar que podría encontrarse al menos un
local donde el ciudadano medio que paga sus impuestos pudiera surtirse de su
ración semanal de fósforo, omega 3 y mercurio pero no, la última pescadería que
resistía se trasladó a un local cercano al mercado.
Interrogando a un
comerciante que resiste inasequible al desaliento, éste me asegura que los
políticos no tienen un plan para el mercado. Parece que el objetivo es invertir
en unas buenas dosis de inmovilismo institucional y desidia municipal para
dejarlo morir lentamente y que los tenderos de toda la vida desaparezcan progresivamente.
De estas cenizas puede que renazca un impersonal súper de comida empaquetada
en bandejas de poliespan y donde un sin fin de multinacionales puedan vender
sus productos; o bien un gastromercado pijotero donde cubrir la necesidad
de todo hijo de vecino de comer ostras con champán al medio día o una
buena hamburguesa de Kobe con cebolla confitada sobre mollete ecológico. Es
decir, globalización o gentrificación; el susto o muerte del mercado
tradicional español en este nuevo siglo.
Mercadillo popular frente al mercado
Interior del Mercado de Abastos de Guadalajara
Puesto del mercado de los hortelanos
Plaza Virgen de la Antigua, s/n
19001 Guadalajara
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