jueves, 10 de septiembre de 2020

Horchatería Dolz (Valencia)

Déjame entrar (III)    ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (LVI)

Todas las crisis económicas se llevan por delante comercios tradicionales. Muchos de ellos son sustituidos por otros que se adaptan como un guante a la desgracia ajena (como  los todo a cien, los “compro oro” o las tiendas de segunda mano).  A este triste desenlace no son ajenas nuestras horchaterías. No corren buenos tiempos para la horchata artesana que, en tiempo de escasez deben competir con  los refrescos industriales  con largas fechas de caducidad  y que son publicitados por caras conocidas.

Sólo en un caso de cada mil una crisis ve nacer un comercio que dura  toda la vida. Es el caso de la Horchatería Dolz. Corrían los años setenta y la crisis del petróleo agrietaba los cimientos de la economía mundial.  Juan Dolz,  que por aquel entonces regentaba una tienda textil, decidió transformar su negocio en una  horchatería. Puede que su futuro no fuera a ser más rentable, pero sí, más dulce. Gracias a su inspiración, y por qué no decirlo, a la OPEP, contamos hoy con una gran horchatería.

Con gran visión empresarial y adaptándose a los nuevos tiempos Horchatería Dolz envía desde 2012 su  horchata natural fuera de Valencia. Como este difícil año la precaución me recomienda no acudir a mi cita con el Turia (ni a ninguna otra) decidí hacerles un pedido siguiendo la máxima de la montaña y Mahoma que no reproduzco porque siempre lo resuelvo al revés para disgusto de la Comisión Islámica, Vox y los amantes de los aforismos. Recibes el pedido al día siguiente o cuando elijas (excepto los lunes porque el domingo no se recoge género). Yo  elegí un sábado porque ese es siempre un buen día para hacerse un regalo. 

La horchata llegó a mi domicilio granizada y en perfectas condiciones.  Recomiendo beberla en el día por la insuficiente conservación de las neveras caseras. Acompañé el pedido con deliciosos fartons, “bizcochufas” (magdalenas de harina de chufa) y “chufacookies” (galletas de mantequilla con harina de chufa). Las magdalenas son esponjosas  y con un sabor intenso y sorprendente y las galletas todo un descubrimiento, de textura poco compacta tienen un intensísimo sabor a chufa y un punto final a caramelo que las hacen realmente adictivas. Pero zamparme todo ello con fruición no es, por supuesto, una concesión a la gula sino mi pequeña aportación al mantenimiento de las horchaterías valencianas. 

 
Bizcochufa y chufacookies
 
Mi pedido de Horchatería Dolz

Horchata de Valencia a Madrid
      
Avenida de Blasco Ibánez, 84
46021 Valencia


Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa


viernes, 4 de septiembre de 2020

Restaurante Manolín (Valladolid)

Déjame entrar (II)

Parece que el mundo ha entrado en la nueva anormalidad. La gente vuelve con cara de cobaya de unas extrañas vacaciones limitadas al turismo nacional; los niños se afanan por entender cómo caben treinta pupitres separados 2 metros en un aula de 40 metros cuadrados y los trabajadores se reincorporan a sus trabajos en un saturado transporte público mientras buscan aire bajándose la mascarilla no reutilizable que usan por tercer día consecutivo. ¡Todo controlado!
En un vano intento de responsabilidad individual y en un claro ejemplo de absurda esperanza yo afronté este verano dejando  los viajes para más adelante. Eso suponía también, una renuncia a una de las cosas que más me llenan: visitar restaurantes. Particularmente a esos destinos que visito todos los años donde tengo mi listado de favoritos. Una de esas ciudades es Valladolid,  uno de esos restaurantes es el Manolín y uno de esos manjares su lacón asado cortado en lonchas y tacos.
El Restaurante Manolín sirve desde 1969 el que para muchos es el mejor lacón del país. Los más viejos del lugar todavía recuerdan esa barra con grandes bandejas de ensaladilla y salpicón en la que Manuel cortaba el lacón a la vista del público. Puedes disfrutar su especialidad en restaurante o encargarlo para llevar. También para mi suerte sirve a domicilio. Una vez en casa sácalo de la bolsa de vacío una hora antes, precalienta el horno, y caliéntalo. El próximo confinamiento me pillará con una buena provisión de este manjar en la nevera para que se me haga más llevadero.
El lacón del Manolín en mi mesa
        
El lacón envasado
     
El viejo rincón del lacón (foto de archivo)

Pedidos Restaurante Manolín 
Camino de la Esperanza, 34
47007 Valladolid