Déjame entrar (III) ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (LVI)
Todas las crisis económicas se llevan por delante comercios tradicionales. Muchos de ellos son sustituidos por otros que se adaptan como un guante a la desgracia ajena (como los todo a cien, los “compro oro” o las tiendas de segunda mano). A este triste desenlace no son ajenas nuestras horchaterías. No corren buenos tiempos para la horchata artesana que, en tiempo de escasez deben competir con los refrescos industriales con largas fechas de caducidad y que son publicitados por caras conocidas.
Sólo en un caso de cada mil una crisis ve nacer un comercio que dura toda la vida. Es el caso de la Horchatería Dolz. Corrían los años setenta y la crisis del petróleo agrietaba los cimientos de la economía mundial. Juan Dolz, que por aquel entonces regentaba una tienda textil, decidió transformar su negocio en una horchatería. Puede que su futuro no fuera a ser más rentable, pero sí, más dulce. Gracias a su inspiración, y por qué no decirlo, a la OPEP, contamos hoy con una gran horchatería.
Con gran visión empresarial y adaptándose a los nuevos tiempos Horchatería Dolz envía desde 2012 su horchata natural fuera de Valencia. Como este difícil año la precaución me recomienda no acudir a mi cita con el Turia (ni a ninguna otra) decidí hacerles un pedido siguiendo la máxima de la montaña y Mahoma que no reproduzco porque siempre lo resuelvo al revés para disgusto de la Comisión Islámica, Vox y los amantes de los aforismos. Recibes el pedido al día siguiente o cuando elijas (excepto los lunes porque el domingo no se recoge género). Yo elegí un sábado porque ese es siempre un buen día para hacerse un regalo.
La horchata llegó a mi domicilio granizada y en perfectas condiciones. Recomiendo beberla en el día por la insuficiente conservación de las neveras caseras. Acompañé el pedido con deliciosos fartons, “bizcochufas” (magdalenas de harina de chufa) y “chufacookies” (galletas de mantequilla con harina de chufa). Las magdalenas son esponjosas y con un sabor intenso y sorprendente y las galletas todo un descubrimiento, de textura poco compacta tienen un intensísimo sabor a chufa y un punto final a caramelo que las hacen realmente adictivas. Pero zamparme todo ello con fruición no es, por supuesto, una concesión a la gula sino mi pequeña aportación al mantenimiento de las horchaterías valencianas.
Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa
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