Parece
que el mundo ha entrado en la nueva anormalidad. La gente vuelve con cara de cobaya de unas
extrañas vacaciones limitadas al turismo nacional; los niños se afanan por entender cómo caben treinta
pupitres separados 2 metros en un aula de 40 metros cuadrados y los
trabajadores se reincorporan a sus trabajos en un saturado transporte público
mientras buscan aire bajándose la mascarilla no reutilizable que usan por
tercer día consecutivo. ¡Todo controlado!
En un
vano intento de responsabilidad individual y en un claro ejemplo de absurda
esperanza yo afronté este verano dejando los viajes para más adelante.
Eso suponía también, una renuncia a una de las cosas que más me llenan:
visitar restaurantes. Particularmente a esos destinos que visito todos los años
donde tengo mi listado de favoritos. Una de esas ciudades es Valladolid,
uno de esos restaurantes es el Manolín y uno de esos manjares su lacón
asado cortado en lonchas y tacos.
El
Restaurante Manolín sirve desde 1969 el que para muchos es el mejor lacón del
país. Los más viejos del lugar todavía recuerdan esa barra con grandes bandejas
de ensaladilla y salpicón en la que Manuel cortaba el lacón a la vista del
público. Puedes disfrutar su especialidad en restaurante o encargarlo para
llevar. También para mi suerte sirve a domicilio. Una vez en casa sácalo de la
bolsa de vacío una hora antes, precalienta el horno, y caliéntalo. El próximo
confinamiento me pillará con una buena provisión de este manjar en la nevera
para que se me haga más llevadero.
El lacón del Manolín en mi mesa
El lacón envasado
El viejo rincón del lacón (foto de archivo)
Camino de la Esperanza, 34
47007 Valladolid
47007 Valladolid
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