A diferencia de otras personas que caen en una profunda depresión, para mí el último día de vacaciones no es un momento de bajón sino una experiencia excitante. Es la jornada elegida para comprar esas viandas de las que disfrutaré a mi regreso dejándome un buen recuerdo, no tan perdurable como el de las fotografías, pero sí mucho más delicioso. De esta selección de productos de la tierra también resultan beneficiados mis más allegados, entre ellos, mi señora madre que fue quien me inculcó el principio de que el mejor souvenir que puede traerse de un viaje es el que se guarda en nevera.
Si el destino es la conocida
Valencia tengo para ese día una ruta preestablecida: los productos de temporada
del Mercado Central, el chocolate en Trufas Martínez y, por supuesto, la
repostería de
Como este año parece difícil
repetir viaje a Valencia, o a cualquier otro sitio, no queda otra que recibir
algunas de esas delicias en casa. Recurro a esa opción para disfrutar de mi
pastelería valenciana de referencia. La ya mencionada
Recibirás tu pedido en 24-48 horas de lunes a viernes con la posibilidad de elegir el día. Como los gastos de envío son 15,73 euros recomiendo aprovechar el pedido con otras delicias de la pastelería. En esta ocasión dulce de membrillo (que puedes acompañar de un queso Idiazábal ahumado para disfrutar del postre perfecto) y sus pasteles de batata (unas empanadillas dulces con un perfecto equilibrio entre masa y relleno). Dejo para otra ocasión su pastel milhojas (finísimo hojaldre con nata y crema que se deshace en la boca).
Solo falta una buena horchatita y unas fallas y como si estuviera merendando en Valencia.
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