El barrio de Chueca a lo largo de su historia ha pasado de
ser castizo, macarrilla y problemático a ser un barrio moderno y solidario.
Pero como todo en este mundo neoliberal que nos rodea lo que comenzó como el
germen de un proyecto espontáneo e integrador se ha convertido en una
gentrificación masiva donde los turistas son los reyes y los fondos de
inversión los emperadores. Y como las cotorras argentinas y los
mapaches americanos este fenómeno no es complementario sino invasor. Entre sus
víctimas están los restaurantes de toda la vida que incapaces de soportar la
subida de alquileres y la expulsión de vecinos del barrio que constituían el
grueso de su clientela, han visto languidecer sus locales ante la llegada
masiva del actual turismo teledirigido.
Pero no toda la Galia está ocupada por los romanos. En este
panorama permanece irreductible desde 1985 La Nieta, restaurante de origen
segoviano que sobrevive entre gastromercados, “fried chicken” y cocinas vistas
en la mítica calle Libertad. Su larga barra con salón al fondo, mantelería de
cuadros blancos y rojos recién planchada y mobiliario rústico es todo un
contraste con los restaurantes vecinos. Decoración sin concesiones a la
modernez pero sí con un punto cosmopolita: las paredes están decoradas con una
colección de platos de todo el mundo (Jordania, Japón, Rusia, Portugal, etc.)
ofrecidos por sus clientes habituales. Imagínense la cara de Chicote si un
cliente le trae de sus vacaciones un “pongo” para colgar en su impoluto
restaurante de Chueca.
Entre su clientela fija gente mayor del barrio, trabajadores
de la cercana sede de la ONCE y vecinos gays de los pioneros en llegar a esta
zona cansados de pagar el doble por platos que ocupan más espacio en la carta
que en la mesa. Además por muy cosmopolita y moderno que sea uno todos
necesitamos un buen plato de comida casera entre semana con sabor a hogar y
aroma a infancia. Para este público y todo aquel que quiera pasarse La Nieta
ofrece comida tradicional en raciones, carta y un fenomenal menú con enjundia y
una excepcional relación calidad-precio. Entre sus especialidades las
albóndigas de ternera, los huevos fritos y el cordero y cochinillo por encargo.
Postres caseros entre los que hay que destacar la leche frita y la tarta de
queso (como las de antes, sin base de galleta ni mermelada por encima). No
podía faltar en una tasca como ésta la casquería: mollejas de cordero,
higaditos de pollo encebollados, callos a la madrileña y unos increíbles
riñones al jerez. Puede que lo del nombre de La Nieta sea porque
uno se siente como en casa de su abuelita rebañando el plato un domingo como si
no hubiera un mañana.
Riñones al jerez
Interior de La Nieta
Tarjeta de La Nieta
Calle Libertad, 25
28004 Madrid
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