ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa (XXXVIII)
El año pasado se estrenó el corto “L´Hospitalet es feo”, un
título que es un “spoiler” en sí mismo… El protagonista recorre en furgoneta
una ciudad que podría confundirse con muchas otras de nuestra geografía por lo
que sus creadores bien podrían haberse decantado por titularla “L´Hospitalet
somos todos”. Seamos sinceros: la mayoría nos hemos criado en una de estas
ciudades monstruosas, nos hemos visto obligados a residir en una expulsados por
el precio del metro cuadrado de nuestra ciudad natal o bien las visitamos los
fines de semana para cumplir con la inexcusable visita a los suegros.
Puede que a algún vecino de L´Hospitalet no le guste el
título del corto pero yo no lo encuentro ofensivo. Creo que ha llegado el
momento de reivindicar las ciudades feas. Hay vida más allá del las
capitales con tiendas que abren en domingo, o de las ciudades con un pasado
histórico relevante que las hecho accidentalmente acreedoras de edificios
emblemáticos y áreas urbanas dignas de ser incluidas en cualquier touroperador.
Yo creo que a menudo tras la combinación de ladrillo, hormigón y pladur se
esconden ciudades con gran personalidad y con el suficiente respecto por sí
mismas como para no permitir que las recorra un trenecito turístico. Quizás por
esto me guste tanto visitar ciudades como L´Hospitalet y descubrir sus valores
ocultos.
Un secreto que merece la pena descubrir en L´Hospitalet es
“Horchatas Monserrat”. Gracias a la conservación de pequeños comercios como
este la ciudad mantiene una atmósfera propia y diferenciada de la colindante
Barcelona. La familia Monserrat llega a comienzos del siglo XX procedente de
l’Horta Nord valenciana. No es hasta 1957 cuando abren esta horchatería en
Carrer Farnés el mismo año que se levantó el cercano Camp Nou. Quién sabe si
esa proximidad es el motivo por el que la afición culé afirma en ocasiones que
sus jugadores parecieran tener horchata en las venas.
Desde 1957 pocas cosas han cambiado en “Horchatas
Monserrat”. Continúan usando la maquinaria de toda la vida, trabajando por
fases (lavado, trituración, mezcla, etc.), renunciando a los nuevos
procedimientos y al trabajo en cadena. La temporada horchatera depende de la
climatología pero suele ir desde el día de San José hasta el del Pilar. El
resultado es una producción menor a ochenta mil litros anuales que conserva el
sabor de siempre. Mi lugar favorito para disfrutarla es el próximo Parque de la
Marquesa que sorbiendo una buena horchata por mi pajita no tiene nada que
envidiarle al mismísimo Parque Güell.
Una horchata en L´Hospitalet
Interior de Horchatas Monserrat
Fachada
Localización en mapa de las horchaterías y otros establecimientos que elaboran horchata natural incluidas en la sección ESPECIAL HORCHATA: Me chifla la chufa
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