Uno de los últimos peligros de Internet, además de la
piratería, el fishing o las reflexiones del video-blog de Jiménez Losantos son
los memes del pato rojo. Acompañando a la misma foto fija de un patito carmesí
nos bombardean con una sarta de consejos absurdos como quitarte el hipo con
Polonio, conquistar Rusia en invierno o curarte las heridas con sal. No seré yo
quien critique a los descerebrados que dedican su tiempo libre en semejantes
tonterías (y quiero creer que lo hacen en su tiempo libre y que esta actividad
no constituye un trabajo remunerado). Pero si introduces en la red Pato rojo
además de este montón de inanidad cibernética puedes llegar a la conclusión de
este nombre está bastante frecuentado por muchos establecimientos a lo largo y
ancho del país.
Yo voy a hablaros de un Pato Rojo en Jaén. Una elección muy
afortunada si queréis comer bien en el centro de esta ciudad. En el
verano de 1974 Mª Carmen Jiménez y Manuel Martos (no confundir con el hijo de
Raphael) abren esta marisquería en “La Carrera”. Ellos heredaron el nombre del
anterior local, bien para arrastrar a la antigua clientela del otro local o
para ahorrarse las tasas municipales pero siendo sinceros tras este nombre uno
espera encontrarse o un restaurante chino o un puticlub, pero no una marisquería.
Pero superada la sorpresa inicial se descubre una buena opción para comer. “El
pato rojo” ofrece tapa gratis con la consumición, como es tradicional en Jaén,
lo que marca la diferencia con otros establecimientos es que las tapitas no son
las típicas sino unos langostinos, gambas a la gabardina o tortillitas de
camarones. Si te encanta la tapa recomiendo pedirla en media ración porque son
generosas y aunque el pato sea rojo tú puedes acabar poniéndote morado.
Tapa con la consumición
Ración de flamenquín con salmón y roquefort
Barra de El Pato Rojo
Marisquería El Pato Rojo
Calle Bernabé Soriano, 10
23001 Jaén
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