Dicen que Ciudad Real no es ciudad ni es real.
Pero si por eso fuera tampoco se libraría del juego de palabras su rival
Puertollano. Ciudad Real pertenece a ese grupo de ciudades de las que casi
nadie sabría nombrar una sola atracción. No hay nada de malo en ello porque en
ese desconocimiento radica su fuerte. Hoy Ciudad Real está libre de molestos
grupos de turistas, sobrevive el pequeño comercio y puedes irte de tapas por
dos duros, todo un lujo en estos tiempos de masificación y gentrificación donde todo
es igual, está abarrotado y además es caro.
El Mercado de Abastos de Ciudad Real es una joya del
racionalismo de la Segunda República. Uno de sus impulsores fue el alcalde José
Maestro San José (1931-4). Para su desgracia, el consejo de guerra que mandó
ejecutarlo en el año 36 no resultó muy sensible a la grandes mejoras que este
hombre llevó a la ciudad durante su mandato. Mejor suerte corrió el alcalde que
inauguró en la misma ciudad cuatro décadas después el que posiblemente sea el
Ayuntamiento más feo de Europa. Si se fusilara por criterios estéticos y
atentados al urbanismo no habría habido balas suficientes en este país para
tanto despropósito y dinero público mal invertido.
El Mercado de Abastos de Ciudad Real se levantó en 1934 bajo
la dirección del arquitecto José Arias Rodríguez-Barba, que más tarde sería presidente
del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real y que trabajó buena parte de su vida
en una ciudad a la que legó importantes obras como la Casa de Socorro, la
Cámara de la Propiedad Urbana o la Casa de la Radio, obra esta última que
cuenta con una fachada con líneas, formas y colores muy similares a los del
mercado que nos ocupa.
Entro en el mercado, recorro su planta con forma de
herradura con una treintena de puestos con productos de la toda la provincia
como las berenjenas de Almagro, la carne de caza de Los Montes de Toledo, las
nueces de La Poblachuela, el mostillo (ese gran desconocido) y por supuesto,
los aceites de oliva, vinos y quesos de la tierra. Me siento en uno de sus
bancos para descansar las bolsas de mis compras, observar al resto de compradores
y contagiarme de ese inimitable ambiente que todavía se puede encontrar en
aquellas ciudades que conservan su autenticidad.
No podía faltar el queso manchego
Interior del mercado
Fachada del Mercado de Abastos de Ciudad Real
Mercado de Abastos
Calle Postas, 8
13001 Ciudad Real
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